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Manuel Harina
Azpeitia.
Sábado, 3 de agosto 2024, 02:00
El día del desencajonamiento de la corrida de Murteira Grave, 'Almirante 47', negro mulato y bragado, tardó más de veinticinco minutos en entrar al ... corral. Ayer tardó sólo un minuto, volviendo a ser el protagonista. Y volverá a Galeana, porque fue indultado al final de su lidia por Jesús Enrique Colombo.
Es muy difícil determinar cuándo un indulto es justo o injusto. Nunca hay una opinión unánime sino más bien al contrario. Si nos atenemos a lo que es la lidia moderna, la forma de toreo actual, el indulto de Almirante es más que justo, más que merecido; porque en la lidia moderna lo importante es el comportamiento del toro en la faena de muleta. Y ayer si Colombo hubiera querido, podría haber seguido toreando al toro media hora más y este habría seguido embistiendo con nobleza, con fijeza, sin hacer ningún extraño, fijo a los toques del torero. Los puristas y muy reglamentistas hablan de un comportamiento excelente en toda la lidia, sobre todo en la suerte de varas. Pero también es cierto y después de muchos años tengo una cosa clara: el toro cambia de comportamiento no una sino varias veces a lo largo de la lidia. Y veamos en este caso. El toro de salida embistió alegre a Colombo en una larga cambiada y en los lances sucesivos. Al caballo entró una vez, al sentir el hierro protestó y se dolió; no podemos saber cuál hubiera sido su comportamiento en una segunda vara. En banderillas costó fijarlo, pero más por el deseo de su matador de colocarlo para su propio lucimiento y se arrancó con nobleza. Protestó y embistió con arreones al fijarlo la cuadrilla antes de la faena. Comenzó esta por pases cambiados por la espalda y el toro demostró poder y codicia en las embestidas pudiendo alcanzar a Colombo una vez que le dio la espalda. Pero este encontró el sitio, el ritmo, la distancia y el toro respondió con nobleza, fuerza, fijeza, intensidad; y por parte del torero pases de todas las clases por ambos pitones, mejores, peores, ligados, sueltos, circulares, desplantes y un público entregado. Me alegro por mi amigo Joaquim Murteira y por toda la Comisión de Azpeitia con Joxin Iriarte al frente. Fue un perfecto y justo colofón a esta Feria tan importante en cada una de sus tres corridas..
El encierro en su conjunto fue una gran corrida de toros. Encastada, de variado juego y comportamiento. En la Fiesta hacen falta toreros como Jesús Enrique Colombo: alegres, bullidores, que llegan fácilmente al público pero que saben torear, tanto en su primero, un par de naturales de mucha enjundia, así como la parte central de la faena del indultado por el pitón derecho así lo atestiguan. Jorge Martínez toreó primorosamente, despaciosamente a sus dos toros. Su toreo es artista, templado y profundo, pero falla con los aceros; en el momento que corrija ese defecto seguro que será alguien. Clemente cortó una generosa oreja en su primero y estuvo muy por debajo del cuarto. Pienso que no es el tipo de toro que va con su concepto del toreo.
Bien presentada en general con algún toro rompiendo la línea de lamina del encierro. La corrida se pudo ver en el caballo, siendo lucidos en distancia y tomando dos puyazos varios toros con distintos comportamientos; dando juego sobre todo en banderillas y muleta. Toda la corrida fue encastada y pelearon hasta el final, habiéndose indultado el quinto de lidia. Un toro que rompió de forma excepcional en la muleta siendo pronto, fijo repetidor e inagotable.
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