Las diez noticias clave de la jornada
Jessica Lorenzo ayuda a una de sus alumnas del curso de lettering, que se imparte en la papelería Tamayo de Donostia Fernando de la Hera

El arte de escribir a mano

La era digital no logra que la escritura manual desaparezca. Resiste e incluso ahora se fusiona con prácticas artísticas. Una de ellas es el lettering que, «además de mejorar la letra, relaja»

Iker Elduayen y Jon Munarriz

San Sebastián

Domingo, 27 de abril 2025, 01:05

El último apunte, un aviso importante o la misma lista de la compra. Anotaciones diarias que antes se apuntaban a lápiz en papel, libreta o 'pósit' en mano, pero que ahora cada vez más se han digitalizado. Los teléfonos móviles ya forman parte de nuestra cotidianidad y se han convertido en un hábito de escritura virtual del que cada vez nos es más difícil salir. Afortunadamente y pese a no estar reconocida como tal, la escritura sigue siendo un arte que bien hay que preservar. Y de ello, además de otras cosas, se encargan por ejemplo en la papelería Tamayo de Donostia.

Con más de 111 años de actividad de venta de material de papelería, imprenta y bellas artes, el local también congrega a aficionados a la ... escritura, no de libros, sino al arte de escribir, de mejorar la letra. Reunidos en la isleta central de la planta baja del establecimiento, animan a participar. «Está abierto a todo el mundo, porque no es necesario tener nivel ni mano. Aquí enseñamos. ¡Para eso estamos!». Así da la bienvenida a la zona de enseñanza artística la encargada de los talleres, la profesora y también artista Patricia Martínez. Nada más saludar, indica:«Hoy es el turno del taller de lettering».

«Es una técnica a la que hay que echarle horas y mucha paciencia. Da unos muy buenos resultados está muy demandada»

Jessica Lorenzo

Profesora de lettering

«Tanto dibujar como colorear me ayudan a evadirme y a calmarme. Creo que el arte en general nos apacigua mucho»

Nuria Herrero

Alumna del taller

Antes de ver a los participantes en acción, una breve introducción:¿Qué es el lettering? El propio curso lo define como el arte de dibujar letras, aprender a realizar degradados y sombras entre otras técnicas para escribir palabras e incluso textos. No obstante, las responsables se encargan de matizar que «pese a tener una base similar, nada tiene que ver con la caligrafía, aunque está comprobado que el lettering mejora la escritura de quien lo practica». Jessica Lorenzo, licenciada en Bellas Artes, es quien imparte las clases de «dibujar letras». Dice sobre la práctica que «es una técnica a la que hay que echarle horas y mucha paciencia. Da unos muy buenos resultados y es una actividad cada vez más demandada», comenta mientras, mesa a mesa, se pasea prestando una atención personalizada a cada alumno.

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«Tampoco entran muchos más, pero es que el ambiente de este espacio, en medio de la tienda, pero apartado, es buscado:el clima ambiental que se respira es inspirador», relatan las docentes. Las alumnas –«hoy son todo mujeres»– asienten. «Da gusto comprobar cómo las artes son capaces de aunar a tan diferentes perfiles, incluso generaciones y hacer que compartan un trabajo artístico, manual», explica Martínez que pone como ejemplos 'extremos' a una pareja de niñas «que más o menos tendrán unos 9 años» que llegan al taller después del colegio y se sientan al lado de Paz, una mujer que, con 95 años, acude a clase después de su sesión diaria de 'aquagym'.

Entre lápices, rotuladores y tintas de todos los colores y formas, perfilan mayúsculas y minúsculas, en diferentes tamaños y formatos Ana Rodríguez y Beatriz García:«Nos gusta hacer cosas artísticas que luego quedan resultonas», relata Ana mientras Beatriz, pincel en mano, dice «regalar» sus obras. «Son un detalle bonito, hecho por ti y, sobre todo, personalizado». Destacan de su afición que «la paciencia» es una gran aliada porque «hay que invertir mucho tiempo», reconoce García.

Nuria Herrero despliega una carpeta con una completa colección de tarjetas que lleva ya hechas. 'Carpe Diem', escrito en verde a diferentes tonalidades y con bordes naturalistas, 'Paciencia' a un rojo azulado aterciopelado... «son frases o lemas que me gustan y las voy haciendo mías», cuenta Herrero, que sufre de esclerosis múltiple y «tanto dibujar y pintar, como las palabras y frases, también los colores, que escojo me ayudan a calmarme».

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Al igual que sus compañeras de mesa, la aficionada a las manualidades declara que «funcionan como detalles que acabamos regalando. He dado muchos, de algunos que me han pedido una en concreto porque les ha gustado o de gente que, específicamente, ha venido con una idea y me ha dicho:¿me podrías hacer esta? Y claro pues se la haces», ite. Lo que, casi al unísono, confiesan todas es que «es un arte que relaja. Nos calma, nos serena». Herrero añade que le ha permitido «tranquilizarse, evadirse en muchas ocasiones de su estado de salud y de su vida en general». Se suma la profesora de la actividad, Jessica Lorenzo, para piropear a la disciplina que lleva varias promociones enseñando: «Es un arte que permite una infinidad de posibilidades. Jugar con las letras, los formatos, etc.».

De ahí que la oferta para cursar esta práctica vaya desde la más sencilla introducción hasta los módulos en los que entran los degradados y las formas, y también las acuarelas. No obstante, aunque sí recomiendan que en el caso del lettering los cursos sean progresivos, «no es estrictamente necesario cursarlos en orden porque no pedimos ninguna base de ningún tipo. Recomendamos, eso sí, ir poco a poco, pero aquí no se presiona a nadie. Esto es arte, no hay proyecto final ni unos objetivos y cada uno hace lo que puede y quiere», aclaran desde los cursillos que se van ofertando desde Tamayo, la cuna donostiarra de las artes plásticas, cuyo espacio y oferta es complicado que no te atrape.

«El bolígrafo se vende todavía y la pluma, cada vez más»

Una de las muchas ventajas –y al mismo tiempo encantos– de convertir Tamayo en una academia «muy libre» de bellas artes, donde la oferta de talleres es «cada vez más amplia» es precisamente poder utilizarla también como suministro de materiales, «pero sin hacer que prevalezca el comprar por comprar. Procuramos que los alumnos tengan ya lo necesario de base y demostrar que con lo justo y necesario se pueden hacer grandes cosas. Luego que cada uno se suministre como quiera, porque una vez te pones a comprar materiales, la oferta es tan amplia que entras en la vorágine de nunca acabar», advierte Martínez sobre los recursos necesarios para comenzar los talleres en la céntrica tienda donostiarra. Por su parte, desde la histórica papelería donostiarra cuentan que, además de los materiales artísticos, el objeto de escritura más vendido «sigue siendo el bolígrafo, junto con los Pílot, de tinta líquida, que también continúa teniendo su público». No obstante, el auge de las plumas también es significativo. «Las escuelas siguen apostando porque la escritura a mano siga y continúan utilizando las plumas. Las tenemos desde usar y tirar hasta las que cuestan miles de euros, hechas para coleccionistas», explican. ¿La ventaja de escribir a pluma?«Que ningún objeto se adapta tanto a tu escritura». Fácilmente comprobable, la pluma se adapta a la forma de escribir de cada uno, «se amolda a tu trazo, a tu ritmo, a tu tamaño de letra... creo que es una cosa a valorar a la hora de escribir, porque la comodidad es vital para llegar a escribir bien», concluyen desde Tamayo.

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