La callada labor de los veterinarios, la otra cara de los festejos taurinos

- La primera pregunta, Joseba ¿de dónde te viene la afición?

- Hombre, en casa había habido algo, Eibar estaba al lado, alguna vez habíamos ido a Bilbao, la sokamuturra siempre ha sido fundamental en aquella zona, sí, que siempre ha habido tendencia y querencia a…al toro.

- Por tanto, Joseba aficionado y veterinario. Vamos al principio, ¿cual es el cometido profesional del veterinario en una corrida de toros?

- Para centrar las cosas, no se trata de la labor de un veterinario sino de un equipo de profesionales, nombrados por la Dirección de juegos y espectáculos del Departamento del Interior del Gobierno vasco a propuesta de la Dirección de Ganadería de la Diputación de Gipuzkoa; y nuestro trabajo abarca dos facetas. Una sería propiamente el toro y su lidia y el otro es la parte de sanidad, de 'matadería'; La parte sanitaria comprende el recoger, cuando llegan los toros procedentes de la ganadería, la documentación: guías y otros documentos identificativos, controlar, verificar y para posteriormente cotejar con la base de datos que nos han enviado de origen, vía telemática a Gipuzkoa a través de la Diputación Foral.

- ¿Siguiente paso?

- El siguiente paso es el desembarco puro y duro de las reses, una a una del camión a los corrales de la plaza. Para ello, tres del equipo bajamos al mismo corral y nos colocamos detrás de sendos burladeros. Ahí podemos apreciar las características del toro: trapío, cornamenta, forma física, posibles heridas, defectos… es decir su aptitud para la lidia. E importante comprobar que el toro reseñado en papel corresponda con el que físicamente acaba de ser desembarcado. Cada uno de nosotros ve al toro bajo su propio punto de vista y una vez desencajonado todo el encierro, hacemos un informe que trasferimos al presidente del festejo, que también está presente. Actuamos como asesores y es él quien finalmente decide sobre la aceptación o el rechazo de cada res en este primer reconocimiento. Otro compañero no baja a los corrales, sino que observa desde arriba y hace funciones puramente sanitarias: de aptitud para el consumo humano: observa el comportamiento del animal y posteriormente realiza los correspondientes controles en el momento del reconocimiento post mortem en el desolladero o matadero.

- Y luego viene un segundo reconocimiento.

- Según el reglamento vasco la corrida debe llegar al menos 48 horas antes del comienzo del festejo y es entonces cuando se hace el primer reconocimiento del que hemos hablado; y el mismo día de la corrida, antes de la llegada de las cuadrillas para el sorteo y apartado se hace el segundo reconocimiento. Los toros habrán estado tranquilamente en los corrales y se trata de comprobar que las reses aceptadas continúan en condiciones y si ha habido algún animal que había quedado en duda por su posible recuperación, esta se hubiere producido. En caso afirmativo pasa a ser uno más del encierro y en caso contrario vuelve a la ganadería al igual que los rechazados en el primer reconocimiento. Decir que estas operaciones de control y de reconocimiento se realizan igualmente con los sobreros de otras ganaderías, así como con los cabestros.

- ¿Cómo sigue?

Otro aspecto poco conocido es el reconocimiento de los caballos de picar; está articulado en el reglamento que hay que gestionar, verificar y controlar la documentación que aporta el propietario de la cuadra. Lo primero es pesar a cada uno de ellos, el peso máximo está regulado y se les hace una serie de pruebas de avanzar y retroceder, así como el aspecto físico, etc.

-Luego llega la corrida y un miembro del equipo, tu este año, ocupa el tercer puesto del palco.

Lo hace para asesorar en todo momento al presidente y advertirle y prevenirle de las posibles causas de rechazo de un toro: si se ha partido un pitón, si hay una cojera que se empieza a manifestar en esos momentos de tanta tensión y tanto esfuerzo, si hay algún aspecto que no se ha manifestado o no hemos visto en corrales se aprecia en ese momento: temas de visión, por ejemplo; es decir que tenga todos los datos para tomar una decisión justa, si debe hacerlo.

-¿Y después?

Terminado el festejo hay un aspecto que solo se realiza en Euskadi y tiene que ver con la posible manipulación de las astas. En realidad, es algo muy sencillo. Se realiza en las plazas de primera categoría y están presentes el presidente, el representante del ganadero, la empresa y la autoridad. En una bolsa hay dos bolas: una blanca y una roja. Se extrae una; si es blanca no pasa nada y si es roja, se introducen en la bolsa seis bolas numeradas del 1 al 6; se extrae una de ellas y se examinan y analizan los pitones del toro lidiado en el número de orden correspondiente al número extraído: Se extrae la bola 1 y se examinan los pitones del primero de la tarde. Se sierran los pitones, se toman muestras. Y esas tomas entran en la cadena de custodia de la Ertaintza que lo traslada al laboratorio de Neiker en Bizkaia y sigue su proceso istrativo. De lo que estamos muy satisfechos en lo que respecta a nuestra labor es que en todos los casos en que ha salido la bola roja, los pitones cumplían perfectamente con las normas reglamentarias-

Nos han quedado, sin duda, muchos temas pendientes, uno de ellos la labor del veterinario en un caso de indulto, como el ocurrido este año en Azpeitia, pero eso será el tema que trataremos próximamente.