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iñaki esteban
Martes, 2 de marzo 2021, 07:21
Es un mural de los que quedan pocos y que raramente están a la vista. Lo terminó en agosto de 1900 uno de los más ... reputados ceramistas del momento, Daniel Zuloaga (tío de Ignacio) para el vestíbulo de la residencia en Indautxu de Tomás Allende, y ha sobrevivido a la demolición del inmueble, al traslado a una casa de Lezama y al paso por ella de varios propietarios. Los actuales, Goizane Bengoetxea y Jon Corell, pensaron que era demasiado valioso para tenerlo a diario y lo han donado al Itsasmuseum de Bilbao.
Constaba de ocho escenas, de las que han sobrevivido cuatro, que representan las minas y los Altos Hornos, los astilleros y la pesca, la vida de la Ría de Bilbao en el cambio de siglo y parte de las actividades empresariales a las que se dedicaba la familia Allende, originarios de León y con una gran capacidad emprendedora en los negocios.
Estará expuesta de forma permanente en el segundo piso del Itsasmuseum, como resaltaron su director, Jon Ruigómez, y la diputada de Cultura, Lorea Bilbao, que estuvieron en el acto de presentación junto a Maite Paliza, historiadora del arte y especialista en Daniel Zuloaga, que ha jugado un importante papel en el proceso de donación.
Financiados por la Diputación de Bizkaia, los trabajos de desmontaje, traslado de Lezama a Bilbao e instalación sobre un bastidor de madera -realizado por el artista Andrew Gangoiti- para sostener la pieza han sido gestionados por la empresa especializada Equipo 7.
Las cuatro escenas realistas de la obra están enmarcadas por cerámicas con motivos vegetales propios del modernismo, destacó Maite Paliza, quien también señaló la huella del regionalismo en el bote con el arrantzale de edad mayor y la sardinera con el cesto en la cabeza. En su conjunto, Zuloaga retrata la convivencia entre la pujanza del industrialismo y la supervivencia de la economía más tradicional. Las mujeres encarnan este doble modo de vida a través de la pescatera y de una figura femenina ante una explotación minera a cielo abierto.
El mural fue encargado por Severino Achúcarro, arquitecto de confianza de la familia Allende y diseñador del Ensanche bilbaíno. Lo encargó para su realización al taller Dagrant de Burdeos, cuya firma se aprecia en uno de los es. Costó 6.200 pesetas, una importante cantidad para la época. La casa de Tomás Allende estaba situada en la confluencia de las calles Manuel Allende y Simón Bolivar.
Maite Paliza recordó que el mejor portal que diseñó Daniel Zuloaga está en el número 11 de la calle Gardoqui de Bilbao. La cerámica del Teatro Campos también salió de cabeza y de su mano, así como otros tres es que están en el palacio de la Diputación.
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