Miguel María Lasa: «Egan Bernal ha tenido que sufrir y pasarlo mal para ganar este Giro»

- 72 años y sigue usted en plena forma.

- No, no, ¡qué va!

- ¿Seguro? La bici no la suelta.

- Bueno, me doy una vueltilla de vez en cuando, sobre todo si hace bueno. Tengo una cuadrilla para salir a rodar... pero ahora me cuesta todo mucho más.

- ¿Cómo le va?

- Bien. Estoy tranquilo, la casa me da trabajo, estoy entretenido con el jardín, los setos, la huerta... Me divierto con las ocupaciones del día a día.

- ¿Ha podido seguir el Giro?

- Sí, claro. Me ha gustado, creo que ha sido un Giro bonito de ver. Bernal ha tenido que sufrir y pasarlo mal para quedarse con la 'maglia' rosa, porque a mitad de semana parecía que ya había un vencedor indiscutible. En el deporte de alto nivel no te puedes fiar nunca. Todos los días cuentan en carreras como estas, y a veces el cuerpo falla.

- ¿Le ha gustado el recorrido de este año?

- Sí, el Giro siempre es atractivo en ese sentido. Es una pena que por la pandemia no hayan podido estar todos los tiffosi, que siempre me han recordado a la afición vasca. Ese calor que dan es algo que el ciclista agradece mucho. Después, ¿qué puedo decir de los puertos? Son preciosos, y terribles para subir. La verdad es que el ciclismo es un deporte maravilloso para seguirlo por televisión.

- Siga.

- Sí, porque la retransmisión audiovisual ha mejorado mucho con el paso de los años. El paisaje visto desde arriba es una pasada, aprendes cosas de geografía... Otra cosa que también ha cambiado es que ahora detrás de la carrera están los países organizadores, las regiones por donde pasan las etapas... Nosotros echábamos en falta ese nivel de repercusión y apoyo en nuestros tiempos.

- Qué opinión tiene de la nueva hornada de estrellas.

- Los Bernal, Evenepoel y compañía se están empezando a adueñar del pelotón. Es algo sorprendente siendo tan jóvenes. Con el tiempo veremos si dentro de unos años siguen arriba, va a ser complicado porque les están machacando con tanta carrera.

- Se retiró en 1981. Y en el Giro tuvo más de una alegría, ¿no?

- Sí, sí. Aquel mismo año gané una etapa, pero el recuerdo más bonito que tengo del Giro es que gané una etapa la primera vez que lo corrí. Fue una sensación increíble. Acudimos de invitados con La Casera, un equipo modesto.

- Fueron 13 años como profesional. ¿Cuáles eran sus grandes rivales en esa época?

- Tuve unos cuantos, claro, pero me acuerdo mucho de Luis Ocaña, José Manuel Fuente 'El Tarangu', Eddy Merckx, Felice Gimondi, Paco Galdós, López Carril, Linares, o Txomin Perurena.

- ¿Y su mejor versión, dónde llegó?

- Es una pregunta complicada. A ver... Diría que en una Vuelta al País Vasco -la Itzulia de ahora-. Mi objetivo del año era el País Vasco y la Vuelta, porque eran seguidas. Anduve muy bien, la verdad, me sentía genial. Gané las dos primeras etapas, una subiendo y otra al sprint. Luego tuve una avería, pero al día siguiente gané también la de Pamplona a Tolosa. Después, en una contrarreloj Ocaña y Poulidor me ganaron. Salía con la confianza al 100%, por las nubes. Pasan los años pero el aspecto mental en la élite sigue siendo fundamental. Una de las cosas más importantes para competir es que la cabeza esté despejada. Sobre todo en un deporte como el ciclismo, porque hay momentos en los que tienes que echar todo lo que tienes dentro, el máximo.

- ¿Qué clase de corredor era? Hay lectores que, por edad, no le han podido ver en acción.

- Cuando estaba en mi punto álgido hacía de todo, era un ciclista rápido que también subía bien los puertos. He de decir que lo que más me costó fue la contrarreloj. Insisto, cuando estaba bien subía, pero no era un especialista en nada, aunque ganase varias carreras de sprints masivos también.

- Sin ser especialista en nada es complicado acabar con el palmarés con el que acabó.

- Bueno, lo que sí puedo afirmar es que estudiaba muchísimo el recorrido, mis rivales... todo. A veces ganaba a gente mucho mejor que yo por preparar mejor la carrera. Me decían que tenía más inteligencia que motor, era un deportista muy meticuloso. Y es cierto que antes no se llevaba mucho eso, creo que fui de los primeros, y de los pocos, que anotaba prácticamente todo: sensaciones en tal kilómetro, con qué pulsaciones subía, si recuperaba bien o no... Todo eso sigue apuntado en mis libritos.

- ¿Lo hacía todo solo?

- No, hubo momentos en los que me apoyé mucho en Jordi Roca i Sol, a quien conocí en la selección. Es una persona a la que le tengo un aprecio infinito. Era como mi entrenador personal, a veces nos comunicábamos por carta. Me guiaba en los ejercicios, me decía ahora tienes que darle a los sprints, tienes que subir así... Eso no era habitual antes.

- Sabe incluso lo que es competir en unos Juegos Olímpicos.

- Sí, en Mexico 68'. Aunque la experiencia no fue del todo olímpica. No estuvimos en la villa olímpica ni en la presentación oficial. Fui siendo muy joven. Además, el día de la competición tampoco nos fue muy allá, creo que la presión por ganar nos afectó. Recordando todas estas vivencias solo puedo constatar que he disfrutado mucho del ciclismo. Me ha dado muchas cosas. Tal vez sea eso lo más importante.