«Pasa ya o quieres que frene»

Me acordé de cómo bromeaba Linares conmigo después de lanzarme algún sprint en el que, al parecer, había tardado en arrancar. «Pero pasa ya...», me soltaba para añadir a continuación: «¿O quieres que frene?».

Mark Cavendish tiene un equipo formidable a su servicio, pero lo que está consiguiendo en este Tour es increíble. Se ha colocado a una victoria del récord de 34 victorias de etapa de Eddy Merckx, que parecía inalcanzable. Igualarlo no es poco. No digamos ya superarlo. Puede hacerlo.

Quizá sea Philipsen el más capacitado para impedirlo. Me impresionó su sprint del martes. Si llega a estar en el lugar de Van Aert, a rueda del velocista de la Isla de Man, le podía haber dado un susto, aunque es cierto que si arrancas a esa distancia y a semejante velocidad es casi imposible que te rebasen.

Llegamos al Mont Ventoux, a esa doble ascensión a una montaña de la que guardamos tanto imágenes trágicas como hermosas. Hay un tramo a dos o tres kilómetros de la cima en el que te falta el aire. Es un momento peligroso. Por fortuna, no estamos en días de mucho calor. Ayudará a los ciclistas.

Precisamente Merckx vivió un episodio curioso en el Tour de 1970. Subía el Ventoux solo en cabeza y se descubrió al pasar por delante del monumento a Simpson, situado donde murió. El belga ganó la etapa en la cima, pero se encendieron las alarmas: sufría un desfallecimiento. La cuestión es que le evacuaron en helicóptero en unos minutos y nosotros tardarmos tres horas en llegar a donde nos alojábamos.