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Ya están aquí. La marisquería Sagastume, emblemático local de San Sebastián, puso ayer a la venta las primeras angulas de la temporada a 940 euros ... el kilo. Una cotización prácticamente idéntica a la del año pasado, cuando la puja alcanzó los 950 euros. Hablamos de uno de los manjares más preciados de la gastronomía y uno de los momentos favoritos del año de los 'bons vivants', que se abalanzan para degustarlas. En el local del Boulevard han recibido unos 30 kilos y ya tienen una buena parte de la venta asegurada entre la hostelería y los clientes particulares.
Félix Sagastume atiende a DV para detallar cómo y de dónde llegan las primeras angulas a su mostrador: «Vienen del río Adour, de Francia, y son más gruesas y con más cuerpo que las que se pescan en Asturias. Nosotros las solemos traer de ahí». En cuanto al precio, ya se ha comentado: 940 euros. Pero vaticina que a medida de que se acerquen las Navidades, podrían bajar a unos «800 euros el kilo. Dependerá, como siempre, de la oferta que tengamos. Cuanto más haya a la venta, más bajará el precio. ¿El récord? Recuerdo haberlas vendido a 1.200 euros el kilo antes de la pandemia».
¿Y si les digo que por primera vez las angulas se podrán probar también en formato ración? No tendrán que irse muy lejos. De hecho, tienen desde hoy la oportunidad a 700 metros de la marisquería, apenas a diez minutos andando. Los amantes de la 'dolce vita' ya saben que la familia Sagastume decidió este verano dar el salto de la venta a la cocina. Así, en junio se embarcaron en el proyecto del bar-restaurante Lanperna, heredando la ubicación del histórico Alustiza. Un nuevo templo que tiene como hilo conductor gastronómico el género marino de calidad.
Sagastume explica que «nuestros clientes buscan productos exclusivos y en el Lanperna les ofrecemos desde cigalas hasta percebes pasando por bogavantes, langostas o carabineros. A partir de ahora ofreceremos raciones de 100 gramos de angulas a unos 130-140 euros el kilo». Los privilegiados que se apunten deben darse prisa porque, de momento, tienen «tres kilos en el Lanperna, que da para las primeras treinta raciones».
La temporada alta para pescar esta joya de los ríos es desde mediados de noviembre hasta febrero, sobre todo cuando coincide con luna llena y hay más luz. ¿Y para cocinarla? Sagastume responde que no reviste grandes secretos. Más bien prepararlas «con un aceite sin estar a tope, ajitos dorados, guindilla y darle vuelta y vuelta». Un ritual que se repite cada año en las mejores mesas.
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