Joaquina DUeñas
Martes, 13 de mayo 2025, 11:32
El pasado lunes 12 de mayo ha dado comienzo el juicio en Nueva York del productor musical Sean 'Diddy' Combs acusado de tráfico sexual, asociación ilícita y transporte con fines de prostitución por los que el rapero se enfrenta hasta a 50 años de prisión. Después de una semana dedicada a la selección del jurado, que ha terminado compuesto por ocho hombres y cuatro mujeres de entre 30 y 70 años, la fiscalía, encabezada por Maurene Comey y con Emily Johnson como fiscal de apertura, ha presentado al acusado como el líder de una «empresa criminal» que, durante dos décadas, utilizó su poder para someter y explotar sexualmente a mujeres.
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La primera jornada ha estado centrada en el caso de Casandra Ventura, conocida como Cassie, a quien Combs conoció cuando ella tenía 19 años y él 36. La mujer ha descrito episodios de violencia extrema y de chantaje por parte del acusado quien le habría sometido a control físico, emocional y económico mientras le prometía una carrera musical. Junto a su testimonio, se presentaron también los de otras dos víctimas bajo seudónimos (Jane y Mia) que hablaron de abusos similares, de amenazas y de consumo forzado de drogas.
El primer testigo, un ex guardia de seguridad del hotel donde 'Diddy' Combs agredió a Cassie en 2016, ha revelado cómo el productor musical intentó comprar su silencio. Le siguió un segundo testimonio: un hombre que dijo haber sido contratado como prostituto y que ha hablado de encuentros con Cassie organizados por Combs, con instrucciones específicas y grabaciones incluidas.
El rapero ha contado con el apoyo de su madre, Janice Combs, y de sus tres hijas, Chace, D'Lila y Jessie Combs, en la sala, sin embargo, las jóvenes han tenido que salir de la corte en más de una ocasión dada la dureza y explicitud de los testimonios sobre las agresiones sexuales.
La defensa, por su parte, ha rechazado de plano las acusaciones. «Esto no trata sobre si es un buen o mal novio», ha expresado la abogada Teny Geargos que se ha parapetado en la realidad de las relaciones tóxicas, aunque la existencia de una grabación en la que se ve la brutal agresión del rapero a Cassie no le ha dejado más remedio que itir episodios de violencia machista. En todo caso ha defendido que «este caso es sobre la vida sexual privada y personal de Sean Combs, que nada tiene que ver con sus negocios legales». «Se puede pensar de él que es un capullo, que es malo. Pero sus acusaciones no son por ser un capullo o malvado. Se le acusa de crimen organizado», ha apuntado acusando a los denunciantes de estar movidos por el dinero.
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