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La Ertzaintza busca a un varón corpulento que en el momento de los hechos vestía de negro. Son los únicos datos que ha podido ... aportar la víctima de la agresión sexual cometida la madrugada del sábado en Beasain. Se cree que el autor, que continúa huido, conocía a la víctima o cuando menos había realizado un seguimiento sobre ella, hasta el punto de conocer qué costumbres y hábitos tenía, entre ellos la hora a la que habitualmente salía de su casa para ir al trabajo. No obstante, fuentes consultadas han señalado que la Policía habría descartado la hipótesis de que el agresor fuese un vecino del inmueble, probabilidad que inicialmente se barajó.
Según transcurren las horas, se han conocido algunos detalles de la agresión sufrida. Se sabe que el autor del ataque aguardó a que la joven saliera de casa para abordarla y asaltarla en el mismo descansillo. Eran las 2.30 horas cuando la chica abrió la puerta del domicilio para dirigirse a su trabajo en una localidad de la comarca. Sin tiempo para reaccionar, el varón le propinó uno o varios golpes en la cara que le dejaron aturdida, y se cree que seguidamente le roció con una sustancia paralizante que le dejó inconsciente. Sin oposición alguna, el autor, la introdujo de nuevo en el piso y fue allí donde consumó el ataque sexual.
Transcurrido un tiempo, la joven recobró el conocimiento y comprobó que había sido víctima de la agresión.
La tardanza en acudir a su puesto de trabajo llevó el responsable de la empresa a marcar el número del móvil de su empleada que fue quien le informó de lo que acababa de suceder. Sin más demora, el jefe puso los hechos en conocimiento del centro de coordinación de emergencias mediante una llamada al 112. Desde el central cursaron la orden a la Ertzaintza.
Agentes de la comisaría de Oria se personaron en el domicilio de la víctima y tras cerciorarse de la veracidad de la denuncia requirieron la presencia de los servicios sanitarios que prestaron a la víctima las primeras atenciones y posteriormente la trasladaron a un centro sanitario, donde se activó el protocolos establecido para los casos de agresiones sexuales.
Los policías desplazados aislaron el escenario de los hechos para impedir que la presencia de terceras personas pudiera contaminar el lugar. Más tarde acudieron de Inspecciones Oculares de la propia comisaría de Oria así como agentes de la Unidad de Policía Científica que se desplazaron desde Erandio.
Las indagaciones permitieron a los expertos policiales recoger diversas evidencias. Todas ellas han sido remitidas para su análisis a los laboratorios de la propia Policía vasca. Los resultados se conocerán en breve, lo que permitirá a los investigadores introducir los datos en su base informática. En el hipotético caso de que el individuo estuviese fichado, los archivos policiales detectaran la coincidencia de huellas o restos biológicos, lo que posibilitaría su identificación.
Mientras llegan los resultados, a los agentes al frente de la investigación no les queda otra que continuar con los métodos tradicionales, entre ellos mediante entrevistas a vecinos y personas del entorno cercano a la víctima. Algunos residentes en el mismo inmueble llegaron a señalar que sobre la hora en la que se perpetró la agresión escucharon un fuerte ruido procedente de un portazo. No obstante, añadieron que a partir de aquel instante ya no oyeron nada más ni gritos ni tampoco otros ruidos por desplazamientos de muebles u otros elementos, signo que hubiera revelado la existencia de un forcejeo entre víctima y agresor.
En las últimas horas, la Policía ha visitado algunos establecimientos comerciales de la zona equipados con dispositivos de videovigilancia, aunque hasta el momento ninguno de ellos ha aportado nada relevante a la investigación, según han señalado fuentes consultada.
El grupo de investigación sospecha que el autor actuó con premeditación y alevosía. Fue al piso de la joven provisto de una sustancia para neutralizar su resistencia e impedir que pudiera identificarle. Asimismo, tampoco le dio la oportunidad para defenderse, ya que en cuanto abrió la puerta fue golpeada.
Además, esperó a que la chica saliera de su casa, lo que demuestra que conocía sus hábitos, sobre todo la hora a la abandona el piso para ir al trabajo. En este sentido, no descartan resida en la misma localidad o que hubiera realizado sobre ella un seguimiento en los últimos días.
Los que parece ya descartado es que el agresor sea una de las personas que reside en el mismo inmueble, como en un primer momento se sospechó.
La agresión ha generado una ola de indignación. El domingo, cientos de vecinos secundaron el llamamiento de condena.
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