DYA Gipuzkoa, cinco décadas de ayuda a los demás

Este domingo también ayudaron donde y a quien lo necesitara, pero sin dejar de celebrar una efemérides tan importante como el medio siglo de vida. Para ello, mostraron algunos de sus vehículos en Alderdi Eder, que se llenó de globos amarillos. La presidenta de DYA Gipuzkoa, Irene Tapia, valoró el altruismo de los impulsores de la iniciativa, a personas como José Antonio Malo o José Luis Barrero y, especialmente, a todos los voluntarios que han colaborado y colaboran con la asociación, cerca de unos 400 en la actualidad.

«Simplemente hay que tener ganas de ayudar» para ser voluntario, explicaba, mientras destacaba el altruismo de todos aquellos que trabajan entre semana y colaboran con DYA los fines de semana.

Tapia destaca la capacidad de adaptación de la asociación, como quedó demostrado en pandemia. «Ayudamos en el reparto de las mascarillas, realizamos la compra a las personas mayores, nos aseguramos de que los fármacos llegaran a los destinatarios, nos ocupamos de las desinfecciones... Había que adaptarse a las medidas que se iban adoptando sobre la marcha», contaba Tapia. En la actualidad, la atención a las personas mayores es una de los cometidos de la asociación.

El proyecto de DYA está presente en distintos territorios, «aunque cada uno lleva una gestión independiente», añade Maider Makazaga, gerente de la entidad. Entre los distintos hitos que jalonan el medio siglo de vida de DYA Gipuzkoa, algunos permanecen frescos en la memoria de muchos guipuzcoanos. El año pasado, por ejemplo, organizaron un convoy humanitario tras la invasión de Ucrania. Además de llevar material tan necesario en los primeros momentos, lograron evacuar a 17 mujeres y niños, viaje en el que les acompañó DV. Este curso, por ejemplo, han llevado a cabo un ambicioso proyecto gracias al cual 30.000 estudiantes se han familiarizado con la reanimación cardio-pulmonar, lo que a buen seguro permitirá salvar más de una vida.