El juez no permite la sustitución de una jurado que la acusación había solicitado

El hecho, sin embargo, alteró y no poco a las defensas de Pablo, así como a este último, que en cuanto supo de lo que había acontecido, no pudo ocultar su enfado. Su semblante se tensó. Se le vio disgustado porque, muy probablemente, pensó, como también lo hicieron otros muchos, que todo obedecía a una estrategia de la acusación para expulsar del jurado a una mujer por la que la defensa siente simpatía al pensar que podía ser una de las bazas que pudiera jugar a favor de sus tesis.

Al parecer, este incidente se produjo cuando a la jurado se le permitió mantener una conversación telefónica con un familiar suyo con el que, según trascendió, en un momento dado el diálogo alcanzó un tono más propio de una discusión. Esta comunicación de la jurado se mantuvo, como es habitual en estas situaciones, en presencia de uno de los policías que se mantienen junto a ellos y les vigilan para preservar su aislamiento. Al parecer, este agente dio cuenta de lo sucedido, tras lo cual el juez Dennis Bailey convocó una vista. El fiscal pidió la sustitución de la jurado, a lo que la defensa se opuso. En última instancia y después de que la propia afectada manifestase que pese a lo acontecido estaba en condiciones de continuar, el magistrado rechazó la solicitud de la acusación y todo quedó como estaba antes.

La deliberación se mantuvieron de menara ininterrumpidas hasta que al mediodía, el jurado pido una aclaración. Para ello fue necesario constituir de nuevo la sala , de forma que el juez convocó a las partes a la una y media de la tarde. En la sesión, el fiscal Chuck Morton y el abogado Joe Nascimiento ofrecieron sus explicaciones, con lo que el tribunal volvió a la dependencia que ocupa. Ya a las ocho de la tarde y ante la ausencia de veredicto, el juez ordenó que los del tribunal que se retirasen al hotel y que pospusiesen los debates hasta hoy.

Y mientras el jurado analiza las pruebas, los familiares de Pablo Ibar consumieron el dia en los pasillos de la sexta planta de la Corte de Broward County. Todos ellos reconocen que viven momentos de tensión. Saben que la decisión está en manos el jurado y que poco pueden hacer: esperar. «Solo queremos que esta pesadilla que estamos viviendo termine de una vez y podamos v a Pablo en su casa con su familias. Este caso esta destrozando las vidas de mi hija y Pablo», afirmó Alvin Quiñones, madre de Tanya.

Pablo, al igual que durante las sesiones hasta ahora celebradas, fue trasladado a primera hora e la mañana desde la prisión hasta la sede judicial. Llegó en compañía de otros reclusos que tenían señaladas algunas mociones. Pablo vestía traje y corbata, pero algunos de sus compañeros de viaje lucían las clásicas prendas a rayas que todos hemos visto en infinidad de películas. Pablo entró esposado y con unas cadena que rodeaban su cintura por la cintura. Los pies también los llevaba encadenados. El golpeteo del metal a cada paso que dio al cruzar la sala y su limitación al caminar impresiona cuando se aprecia la escena a tan solo dos metros.

Hoy Pablo volverá a ser conducido de nuevo desde la cárcel hasta la Corte y aunque tendrá que retornar de nuevo el centro penitenciario, sueña con hacerlo con el veredicto de 'not guilty'