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El juicio al fotógrafo Kote Cabezudo, acusado de 32 delitos contra la intimidad, la integridad moral, abusos sexuales, corrupción de menores, estafa y pornografía ... infantil, comenzará hoy su segunda semana en la Audiencia de Gipuzkoa con la declaración de más presuntas víctimas del acusado. La Fiscalía pide para el que fue durante décadas uno de los fotógrafos de moda más conocidos de San Sebastián un total de 121 años de prisión por abusos de diferente índole cometidos a 16 jóvenes modelos, algunas de ellas menores de edad, durante las sesiones fotográficas. Por su parte, la acusación particular reclama 2.388 años de cárcel y la defensa la libre absolución del acusado, que durante la vista oral ha negado tajantemente todos los hechos que se le imputan y ha asegurado que las modelos «jamás hicieron algo que no supieran o quisieran».
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Durante la primera semana del juicio el tribunal ha podido escuchar los testimonios de tres mujeres que realizaron sesiones de fotos en 2003, 2007 y 2012. Todas ellas aseguraron que el procesado les había tomado imágenes desnudas y «explícitas» de sus partes íntimas. También dijeron que no habían autorizado la difusión de las imágenes por internet. Dos de ellas también le acusan de estafa ya que, aunque recompraron a Cabezudo sus derechos de imagen, sus fotos seguían apareciendo en las redes sociales y en las webs del fotógrafo años después. Una de las víctimas que declararon en los primeros días de la vista oral tenía 16 años cuando posó para las fotos, por lo que se le acusa al inculpado de un delito de corrupción de menores.
La segunda semana del juicio empezará con más testimonios de mujeres que ejercen la acusación contra el fotógrafo. En cada caso, y según lo que decidan las demandantes en el momento de declarar, el tribunal decidirá si testifican en la sala o por videoconferencia.
Uno de los testimonios que se escuchará será el de una mujer que en 2008, cuando tenía 19 años, realizó varias sesiones de fotos con Cabezudo. El fiscal defiende que el acusado le hizo firmar un contrato para compartir después sus fotos desnuda en webs porno de pago. Según la acusación, aunque la modelo había acordado que sus imágenes aparecerían con seudónimo, finalmente lo hicieron con el nombre real de la joven y en otras páginas pornográficas. Además, la mujer sostiene que en una de las sesiones el fotógrafo «le tocó lascivamente el cuerpo, los pechos y le introdujo los dedos en la vagina».
Otra de las víctimas que tienen previsto declarar hoy también acusa a Cabezudo de un delito contra la intimidad. Según la acusación pública, en 2009, cuando la joven tenía 20 años, el procesado le hizo fotos desnuda y «con exposición de sus partes más íntimas», asegurándole que en esas imágenes «no se le vería la cara», y las compartió en páginas porno sin informarle de ello.
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