Secciones
Servicios
Destacamos
Después de que el pasado año se clarificara el nuevo diseño constructivo del nudo de Bergara, el Gobierno central -el encargado de ejecutar la obra y de costearla- terminó de allanar ayer el terreno presupuestario para que la obra comience cuanto antes, posiblemente el próximo verano. El reloj que marca el ritmo del enlace central entre los tres ramales de la Y vasca vuelve a acelerarse, después de años parado, para llegar a 2023 con margen suficiente si no hay nuevos retrasos o paralizaciones.
Desde que el ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, anunciara el pasado septiembre la licitación del primero de los tres tramos en los que ahora se divide la construcción de ese trazado, cuyo presupuesto inicial se eleva a 537 millones (IVA incluido), se nota la celeridad que el Ejecutivo quiere imprimir a este punto neurálgico del TAV, en el que se bifurcarán los trenes hacia las tres capitales vascas. A principios de octubre, el consejo de ministros licitó el primer sector, Mondragon-Elorrio-Bergara, que será, en principio, el que antes se adjudique y pueda comenzar, en verano, con los trabajos, buena parte de ellos bajo tierra. Ese tramo, el vértice donde confluyen los ramales procedentes de Bizkaia y Araba y comienza el guipuzcoano, consta de 5,1 kilómetros que en realidad discurren solo por «término municipal de Bergara» y fue licitado por 192 millones con IVA. Tres túneles, un viaducto y otro túnel artificial (Angiozar) de 200 metros conforman un tramo con «dos ramales de vía única, y otro de vía doble».
Este primer sector enlaza hacia el sur con el segundo tramo del nudo, el ahora denominado como Mondragon-Elorrio-Bergara sector 2. Este trazado, casi con la misma extensión que el anterior (5,2 kilómetros), es sin embargo mucho más costoso. Fue licitado por 255,6 millones de euros, el tramo más caro de todo el TAV. ¿La razón? Que el 98% del recorrido discurre de forma subterránea y requerirá la construcción de cuatro túneles (Karraskain este y oeste, Udalaitz este y oeste) y de dos viaductos en el entorno de Kobate.
La alcaldesa de Pasaia, Izaskun Gómez, ha solicitado una reunión con la consejera de Infraestructuras, Arantxa Tapia, para pedirle el soterramiento del Topo a su paso por el distrito de Antxo. «Estoy convencida de que el soterramiento del apeadero dará pie al mayor plan de regeneración urbana de los últimos años de Pasaia, del que se beneficiarán todos los vecinos» de la localidad, añadió.
Gómez recuerda que durante la legislatura de Patxi López ya se redactó un estudio informativo, y consideró que la obra es «una prioridad estratégica» para Pasaia, ya que el «viaducto» que ahora divide Antxo y supone «un impacto paisajístico y acústico» impide la regeneración urbanística de la zona. «No es un capricho», defiende la alcaldesa, «sino una demanda del municipio» que viene de lejos.
El nudo, en realidad en forma de vértice o «pico», se completa con el Mondragon-Bergara sector 3. El ramal que parte hacia Bizkaia y que ayer licitó el Consejo de Ministros por un montante final de 89 millones, con IVA incluido. El plazo de ejecución dispuesto para este trazado, el menos complejo del nudo, es de 37 meses. Cerca de tres años que si comienzan el próximo, una vez se complete toda la tramitación y adjudicación, llegará también a la fecha límite de 2023, la que de momento tanto el Gobierno central como el vasco mantienen en el horizonte para inaugurar el TAV vasco. Este tercer sector consta de 2.891 metros de longitud y está compuesto, según explicaron ayer Fomento y Adif -la gestora ferroviaria estatal encargada de ejecutar este proyecto-, de un ramal de vía doble denominado eje Elorrio-Bergara que discurre entre ambos municipios, en la muga entre Bizkaia y Gipuzkoa. En el extremo guipuzcoano conecta con el sector 1, y en el vizcaíno con el tramo Elorrio-Elorrio del ramal que se dirige hacia Bilbao. «Se contempla un túnel de vía doble (Kortazar) de 1.971 metros, dos viaductos (Kortazar, de 573 metros y emboquille de Kortazar, de 66) y un muro de pilotes en el emboquille del túnel de Kortazar», detalló Adif. «El proyecto cuenta además con doce galerías de conexión entre túneles, muros, drenajes» y otros elementos de «seguridad», añadió.
Con la licitación de todo el nudo de Bergara, cuyos contratos se rompieron el año pasado tras el bloqueo sufrido desde 2014 por diferencias económicas entre las empresas adjudicatarias y Fomento, se encarrila de nuevo esta obra central para que el TAV eche a andar dentro de cinco años. El importe de la infraestructura de alta velocidad vasca asciende, según calcula Fomento, a 4.800 millones de euros.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.