
Secciones
Servicios
Destacamos
El juicio contra el monitor de surf de Hondarribia acusado de haber abusado sexualmente de once menores comenzará el próximo lunes en la Sección Tercera ... de la Audiencia Provincial de Gipuzkoa. La vista, que se prolongará durante dos semanas hasta el viernes día 21, comenzará con la declaración de las presuntas víctimas. Lo harán durante las tres primeras jornadas de la vista oral y a puerta cerrada, con el fin de «proteger su derecho a la intimidad» y «evitar su revictimización», según informó ayer en un comunicado el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.
Por su parte, el acusado declarará en último lugar, una vez practicadas todas las pruebas. La Fiscalía de Gipuzkoa reclama para él un total de 85 años de prisión: 84 por once delitos de abusos sexuales a menor de 16 años entre 2011 y 2021 –a razón de seis años por chaval salvo en tres casos por doce años– y un año más por un delito de posesión de material de explotación sexual infantil. El procesado se encuentra en prisión provisional desde finales de agosto de 2021, cuando así lo decretó un juzgado de Irun tras haber sido detenido por la Ertzaintza a raíz de seis primeras denuncias presentadas contra él, que entonces tenía 37 años. Luego fue acusado por otras cinco familias.
Según el escrito de acusación presentado por el Ministerio Público, el monitor dirigía una escuela de surf y también organizaba campamentos en varias localidades desde Iparralde hasta las Landas, a las que acudían menores de edad.
Según el texto del Ministerio Público, el encausado 'elegía' un menor y se iba ganando su confianza de forma «progresiva» hasta generarse «una relación estrecha» en la que «provocaba» una relación de «dependencia» en los menores, muchos de los cuales tenían 9 o 10 años cuando se inscribieron en su escuela de surf. Al principio, el procesado se mostraba «cariñoso con el menor 'escogido', dándole besos y abrazos» o regalos, o mediante conversaciones «casi diarias» a través de WhatsApp. Al final, lograba «anular» la voluntad del menor, que acababa deseando «contentarle».
Su estrategia incluía los traslados a la playa en su furgoneta, en la que llevaba también las tablas de surf. Para ello, solía recoger y depositar a los menores en sus domicilios, e ingeniaba la ruta que permitiera subir al 'elegido' en primer lugar y bajarlo en último, para estar más tiempo a solas. Según el fiscal, aprovechaba esos desplazamientos para besos, abrazos, tocamientos en las zonas genitales, primero por encima de la ropa y, en las relaciones más consolidadas, también por debajo del pantalón. Varios menores detallan también «masturbaciones» o «felaciones» mutuas en el interior del vehículo. Para ganar intimidad, el procesado colocaba «una toalla en la parte delantera», y los cristales tintados hacían el resto.
Los abusos sexuales también habrían tenido lugar en la vivienda que el procesado compartía con su madre, así como en los bungalós y tiendas de campaña donde se alojaban en los campamentos de una semana que organizaba en las Landas.
En su vivienda, invitaba a los menores a comer, ver vídeos de surf o escuchar música. Un chico apunta citas «una o dos veces por semana», en su furgoneta o en su habitación. Con chavales de 13, 14 o 15 años, practicaban sexo oral, se masturbaban... Con varios intentó penetrarlos analmente. Y cuando el joven manifestó que le hacía daño, él les requirió que le hicieran esta práctica a él.
Hechos similares sucedían en los campamentos, en los que empleaba diversas excusas para que su «preferido» durmiera con él: que «no había más camas», que a él «le dolía la espalda» y necesitaba una cama de matrimonio... Un menor manifestó que accedía a ello porque le hacía descuentos en las clases y su familia vivía una situación económica delicada.
Siempre según el relato de la Fiscalía, las relaciones solían acabar cuando la presunta víctima «tomaba conciencia» de lo que estaba pasando y acababa dejando las clases, o cuando empezaba a salir con una chica. El monitor entonces «se enfadaba», y les borraba de sus clases, o no pasaba a buscarles y les dejaba tirados en la calle, o los criticaba y dejaba en vergüenza delante del 'rebaño'
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.