Piden la condena de la Diputación por un botellazo propinado por un menor tutelado

La vista se celebró en el Juzgado de Menores de la capital guipuzcoana, una sesión que estuvo presidida por la titular de dicho órgano, la magistrada Nieves Uranga. En el banquillo de los infractores se sentó un joven que en la fecha de los hechos tenía 17 años y que cuenta con antecedentes. Según el escrito de acusación formulado por el ministerio público, los hechos tuvieron lugar la madrugada del 6 de enero de este año, festividad de los Reyes Magos, en las inmediaciones de un bar situado en la calle Juan de Olazabal de Errenteria.

La acusación sostuvo que el infractor y otros tres chicos mayores de edad, que se hallan incursos en otro procedimiento diferente, se acercaron a un varón y con el «propósito de enriquecerse injustamente», uno de ellos le sustrajo la cartera del bolsillo de pantalón. Como quiera que en aquel momento la víctima opuso resistencia terminó siendo agredida por el menor y también por sus acompañantes.

Los hechos, sin embargo, no terminaron ahí. Tras este primer incidente, el joven asaltado persiguió al chico que se había apoderado de la cartera y al llegar a la altura de la Plaza de la Diputación de la localidad fue nuevamente abordado por los encausados, todos ellos de origen magrebí, que le volvieron a golpear y le rompieron una botella en la cabeza. Como consecuencia de este segundo ataque, la víctima quedó tendida en el suelo, una circunstancia que aprovecharon tanto el menor como los otros tres investigados para robarle el teléfono, valorado en 630 euros.

A resultas de la paliza, el joven sufrió una herida inciso contusa con un gran hematoma y coágulos de sangre. Asimismo, presentaba otra lesión en el párpado derecho además de heridas superficiales y hematomas.

Ayer, durante la vista, el acusado negó su implicación en los hechos. Manifestó que no tuvo participación alguna en el robo de la cartera ni tampoco en la agresión con la botella.

Esta versión, sin embargo, fue desmentida por la víctima. Dijo que fue el joven tutelado quien le sustrajo la cartera y de igual manera le reconoció como la persona que portaba la botella con la que fue agredido. No obstante, señaló que no pudo precisar que fuera él quien le golpease, ya que para entonces había perdido el conocimiento. La versión de la víctima fue corroborada por uno de los testigos, quien sí le identificó como el que le propinó el botellazo.

La mayoría de los testigos declararon con protección, por miedo a sufrir algún tipo de represalia.

La Fiscalía imputó a la menor un delito de robo con violencia y otro delito agravado de lesiones por uso de instrumento peligroso, por lo que solicitó una medida de veinte meses de internamiento en régimen semiabierto, de los que los cuatro últimos los cumpliría en libertad vigilada. «Esta medida ha de orientarse a que participe en un programa de deshabituación de tóxicos, reciba tratamiento psiquiátrico si fuera necesario y participe en una intervención socioeducativa», sostiene la Fiscalía.

Además, la acusación pública pidió que el menor indemnice al joven con 280 euros por las lesiones, con otros 600 por la intervención quirúrgica y con 6.500 más por el perjuicio estético ocasionado a causa del botellazo. En este sentido, recordó la Fiscalía que en el momento de los hechos el menor se encontraba tutelado por la Diputación, por lo que solicitó que la institución foral respondiera de dichas cantidades.

En el proceso está también personada la víctima que solicitó las mismas penas que la Fiscalía, de la que únicamente difiere en que pide que la medida de internamiento se cumpla en régimen cerrado.