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«Oiga, me puede decir qué pescado es este tan raro», pregunta una clienta a pie de mostrador de una pescadería de Irun. «Es Tilapia, nos las han traído hace poco», responde la pescatera. «¿Y esto a qué sabe?», repregunta la clienta curiosa. «No la he probado, pero dicen que tiene una sabor parecido a la dorada», añade la vendedora.
La conversación se ha repetido estos últimos meses en las pescaderías de Gipuzkoa que han empezado a vender tilapia, entre txitxarros, merluzas y lubinas. Se trata de un pescado de origen africano, acostumbrado a vivir tanto en aguas dulces como saladas. Su reproducción en piscifactorías es extremadamente veloz y, aunque en nuestro entorno su venta es rara, lo cierto es que es uno de los pescados de mayor importancia en el mundo para el consumo humano, sobre todo en el continente asiático.
Pero aquí cerca también se cría. En concreto, en Hondarribia existe una empresa con una de esas piscifactorías, llamada Nerbreen, que se ocupan de criar y comercializar tilapias, entre otros productos. Según reza un folleto explicativo que se reparte en pescaderías, este pescado escamoso y de piel gris oscura es «natural y sostenible» porque se cría «mediante Acuaponía», un sistema que «aprovecha los nutrientes orgánicos que producen los peces, como alimento para el cultivo de hortalizas y frutas. De este modo, no se desperdicia el agua y todo el proceso es 100% orgánicos». Este método, además, permite que se críe en un ambiente «libre de anisakis y antiobióticos».
Según añaden, su carne es «alta en proteínas y baja en grasas», por lo que es un alimento «indicado para niños, embarazadas y deportistas». «Garantizamos que nuestras tilapias van de nuestros estanques de cría a la tienda en menos de 24 horas», añaden en el folleto de NerbreenOnarrain. En algunas pescaderías de Gipuzkoa su precio ronda los 6-7 euros el kilo.
No obstante, este pescado también tiene detractores. Hay quien dice que su carne es un tanto insípida. Y, si se importa de lugares lejanos, podría resultar poco saludable, como explicaba Elvira Jiménez, responsable de océanos de Greenpeace, en un reciente artículo: «La tilapia se cría en zonas muy similares a las del panga. Viene del sudeste asiático y la calidad del agua en algunas zonas de los ríos no es la óptima. De ahí que se hayan identificado determinados tóxicos dentro del pescado. Hay que tener en cuenta que al vivir esos peces en cautividad se generan muchos residuos de alimentación y de las propias heces y también de los compuestos químicos que hay que echar para evitar las plagas».
Además, otros expertos en nutrición aseguran que, comparado con otros pescados, la tilapia «criada contiene cantidades beneficiosas relativamente pequeñas de ácidos grasos de omega-3. Mientras que una porción de salmón contiene sobre 2 mil miligramos de ácidos grasos de omega-3, una porción de tilapia tiene unos 135 miligramos».
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