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sara echevarria
Sábado, 24 de agosto 2019, 07:14
Llegan de todas partes. De Francia, España o Argentina. Se desplazan desde los lugares más recónditos del planeta para acampar en Urruña. El punto ... de encuentro de los participantes de la contracumbre del G-7 en Biarritz. Un lugar donde cada persona puede expresarse libremente y compartir con otras las injusticias del planeta. Los habitantes de la 'villa de las luchas' se reúnen en grupos para debatir sobre los problemas sociales, el medio ambiente, el feminismo, el capitalismo o los migrantes. Todos ellos tienen un claro objetivo: «Proponer de forma pacífica alternativas sociales para reconstruir el sistema» a través de actividades, concentraciones y manifestaciones que se celebran, según dicen, en un «ambiente festivo y pacífico».
No es nada fácil acceder al punto de encuentro donde se alojan los chalecos amarillos y las más de cien organizaciones que participan en la lucha. Una vez pasado el Castillo de Abbadie, una gran pancarta con el nombre de las plataformas organizadoras, «G-7 Ez» y «Alternatives G-7», indica la entrada al camping. Una vez en el camino empieza la verdadera aventura. Numerosos voluntarios controlan rigurosamente la muga de la contracumbre por la que «no entra cualquiera». Después hay que pasar por otros dos puntos de control hasta llegar a la explanada donde cientos de activistas siguen llegando para montar sus tiendas de campaña y disfrutar del ambiente festivo de la contracumbre. Cada uno con su lucha y sus motivos pero con la ilusión de «poder construir un mundo mejor».
«Hemos venido seis amigos con el objetivo de acampar gratis y conocer a personas que están en contra de la forma de actuar de los Gobiernos», expresan Jeanine y Anne, dos chalecos amarillos de Pau. Ellas pelean por terminar con la represión e impunidad, porque no han cometido «ningún crimen». Esta cuadrilla charla sobre cómo ha cambiado la indignación social en los últimos años.
«Cuando la gente comenzó a movilizarse lo hacía de forma individual. Pensando en lo que le afectaba a cada uno las malas decisiones de los presidentes. Pero ahora se hace de forma global y conjunta». Por este motivo han acudido al punto de encuentro de la contracumbre y se alojan en el camping. Para compartir su punto de vista con personas que pertenecen a escalones sociales diferentes.
Al igual que ellos, Jordan y Dan se han decantado por el camping para hospedarse hasta mañana. Aunque no descartan la opción de quedarse unos días más porque están conociendo «a mucha gente muy implicada en el cambio». Estos dos amigos llegaron el jueves desde Burdeos y han participado estos tres días en los talleres y conferencias que finalizaron ayer en Ficoba. Ellos muestran su preocupación por el medio ambiente y «la sociedad capitalista en la que vivimos». Aunque reconocen que «no solo basta con acudir a este tipo de eventos. Hay que aplicarlo en el día a día».
Estos dos jóvenes ingenieros dejaron sus trabajos hace escasas semanas por las diferencias con la manera de actuar de sus jefes y empresas. «No respetaban nada el medio ambiente porque solo pensaban en generar dinero», cuentan. Esta misma idea comparten Evhane, Greg y Gibel, tres amigos recién llegados de Lyon. Son animalistas y veganos y llegan expresamente para la manifestación que se celebra hoy. «Tenemos que intentar, de alguna manera, cambiar el modo de vida que tenemos porque hoy en día todo está relacionado con el capitalismo. Mi lucha es especialmente por los animales y la industria cárnica, pero el foco de todo es el bienestar social».
Michel, Raphaelle y Remy lo tienen claro. Hoy no se van a perder la manifestación que dará el pistoletazo de salida en el puerto de Hendaia a las 11.00 horas y finalizará en Ficoba. Michel es uno de los cientos de chalecos amarillos que pasan desapercibidos en el camping de Urruña. Ella en nombre de todos los activistas va a aportar su granito de arena a la contracumbre que finalizará mañana con numerosas concentraciones.
Por su parte, Remy, comenta mientras camina hacia el punto donde ha quedado con los nuevos amigos, que está «feliz en el campamento. Hay gente con muy buenas propuestas». Es militante de Attac, Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana. Por este motivo participa en la contracumbre, para poner sobre la mesas sus alternativas económicas.
Todos ellos no se conocen y probablemente no intercambien palabra durante estos días, pero dormir en un espacio donde la mayoría piensa como ellos les hace sentir seguros. Por este motivo hoy lucirán todos juntos pancartas con frases como: «yo lucho, entonces soy joven».
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