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Los vascos somos personas arraigados a las tradiciones. Y ahora se nos presenta una vez más la ocasión de cumplir con ellas. Muchos montañeros tienen la costumbre de subir a alguna cumbre para despedir el año el 31 de diciembre y otros para recibirlo el 1 de enero.
En vísperas cercanas de ambas fechas, en función del lugar de residencia, cada uno se acercará a unas u otras montañas para cumplir con esa tradición. Adarra en Donostialdea, Txindoki en Tolosaldea, Aizkorri en los límites entre la profunda Gipuzkoa y Araba, son algunos de los montes que se visitarán este viernes y sábado para despedir y recibir el año respectivamente. Hay otras montañas como Urdaburu, Aiako Harria, Pagoeta, Hernio, Gazume, Gorbeia, etc. que también recibirán la visita de esos montañeros tradicionales. Ocurre lo mismo en el resto del País Vasco. Así, en Bilbao se inundarán de montañeros el Pagasarri, Ganekogorta.... Los gasteiztarras subirán a uno de sus montes más cercanos, Zaldiaran. Vizcaínos y alaveses compartirán cita en la cruz del Gorbea, unos para despedir el año ascendiendo el 31 de diciembre y otros para recibir 2019 al día siguiente, el martes 1 de enero.
Y si alguien se anima, puede hacer doblete... subiendo el viernes una cima y el sábado a otra de las cumbres emblemáticas. Esta es buena manera para los montañeros de despedir y/o recibir el año. Dos buenos días para comenzar un año cargado de excursiones.
La comarca de Donostialdea tiene como punto de referencia para celebrar la llegada del año nuevo el monte Adarra. Cientos de aficionados quieren cumplir con esa tradición que les lleva, no sin sacrificio, a lo más alto de esta emblemática montaña guipuzcoana. Tras el esfuerzo vendrá la recompensa de ese sabroso caldo que año tras año ofrece el club de montaña Euskalduna de Andoain.
Pero empecemos por el principio. El punto más habitual de inicio de la ascensión es desde Besabi, llegando por la carretera entre Andoain y Urnieta para desviarse en Xoxoka. Según se asciende por la carretera al merendero de Besabi, la cola de coches aparcados en los dos lados de la calzada es kilométrica, por lo que cuanto más tarde se vaya, más lejos dejará el vehículo, añadiendo distancia a la ascensión a pie al monte Adarra.
La primera cuesta asfaltada desde Besabi conduce hasta un caserío, dejándolo a la izquierda. Allí se cruza la puerta de madera que inicia la subida al Adarra. Enseguida nos introduciremos en un pinar y más arriba estaremos inmersos en un bonito bosque de hayas hasta llegar al collado Mantale. Alzamos la vista arriba y nos queda la siempre imponente e interminable ladera que nos llevará hasta la cumbre de 819 metros de altitud.
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