Belleku. El paraíso de la niebla

En esta ocasión no dirigimos hasta Andoin para realizar esta sencilla ruta. Esta pequeña localidad de la Cuadrilla de la Llanada Alavesa se sitúa a 613 metros de altitud. Una docena de casas pueblan su casco urbano, en el que predominan las de diferentes características y en las que viven varias decenas de vecinos. Entre las edificaciones de Andoin destaca su parroquia de Santa Marina. Una coqueta iglesia con una portada de la segunda mitad del siglo XVI que cuenta con un arco de medio punto moldurado al igual que las jambas; basas góticas.

La belleza natural que la rodea invita a seguir la señal que en la plaza del pueblo nos indica el camino a seguir para conocer el tesoro que albergan sus montes, las cascadas de Tobería.

El ruido del agua nos dirige hasta ellas siguiendo en sentido contrario el curso del río Tobería hasta llegar a un lugar precioso debajo de enormes rocas, al pie de la peña. Desde ella sale con fuerza un ruidoso hilo de agua que va engordando poco a poco hasta tomar una espectacular estampa en las cascadas de El verde inunda cada piedra y rincón más cercano de la cascada. Musgo y follaje resplandecen en diferentes tonos de este color en un escenario de ensueño, mientras el canto de los pájaros se mezcla con la melodía del agua.

Las impresionantes cascadas de La Tobería surgen de las aguas que vienen de la Sierra de Entzia, Zona de Especial Conservación de Álava incluida en la Red Natura 2000. Las formaciones geológicas junto al río se denominan toba, una roca porosa formada gracias a la precipitación del carbono cálcico sobre el musgo. De ahí viene el nombre de 'La Tobería'. La porosidad es el espacio que ha quedado después de que la planta haya muerto. Además, cuando el agua reacciona con el medio rocoso, crea cavidades como grietas, lapiaces, cuevas y dolinas.

Sobre las cascadas se encuentra la cima de esta semana, Belleku. Esta cumbre de la sierra de Entzia se eleva como un cono arbolado al NE del puerto de Andoin o Gamelate (1.017 m.), paso de la sierra hacia los dilatados pastizales de Legaire. Cortado a pico sobre su vertiente Norte, es la primera de las cimas que forman la característica cornisa del monte Legunbe (1.129 m.) que se eleva más al E., en los confines de las sierras de Entzia y Urbasa.

La ruta comienza en el pueblo de Andoin, desde cuya plaza podemos iniciar el recorrido siguiendo una calle que, más tarde, se convierte en camino hormigonado y que nos llevará hasta el antiguo molino situado en la margen derecha del río. Poco después cruzaremos un puente sobre el río, junto al que se encuentran una casa de color teja, al parecer un antiguo molino. Después, siguiendo una pista forestal en la que veremos señales verticales que nos dirigen a las cascadas, nos adentraremos en un bosque en el que nos toparemos con numerosos y hermosos hayas.

En primer lugar, un camino nos llevará hasta el antiguo molino situado en la margen derecha del río Tobería. Poco después cruzaremos un pequeño paso sobre el río. Después de recorrer aproximadamente 300 metros llegaremos a una bifurcación de caminos y continuaremos por el de la izquierda, pasando previamente por una barrera metálica que cerraremos al pasar.

Más adelante hay otra bifurcación. Continuaremos por la pista de la derecha dejando a la izquierda el sendero que discurre al lado del vallado ganadero. Siguiendo este sendero, a unos 200 metros, visualizamos otra bifurcación de senderos. Tomaremos el de la izquierda y a pocos metros deberemos cruzar otra barrera metálica. Desde aquí seguiremos la pista, jalonada de hayas y robles centenarios, y llegaremos hasta el manantial del río. Allí hay un pequeño azud y una captación para abastecimiento. Si cruzamos el río y continuamos por un pequeño sendero, que discurre por la margen derecha paralela al cauce, llegaremos hasta el nacedero del río.

Desandamos unos cuantos metros por el bosque hasta retomar la pista forestal señalizada con los postes de la GR-282. Tomando la calzada pedregosa en la que todavía se pueden ver las marcas de las ruedas de los carros. La pendiente a superar es constante en todo el camino, pero de manera tranquila avanzaremos disfrutando de las preciosas joyas naturales que nos encontramos. Hayas que destacan por su tamaño y formas, invitándonos a contemplarlas en un entorno en el que el ocre y los marrones llenan los campos de cultivo y cereal que podemos observar desde algunas zonas más abiertas. De manera tranquila alcanzaremos una fuente (975 m.) y penetra en la vaguada entre los picos Belleku (1055 m.), a la izquierda, y Akarrate (1063 m.), a la derecha, desembocando en el puerto (1.017 m.).

Siguiendo el trazado de una antigua calzada, el sendero finaliza en las Campas de Legaire. El recorrido GR-282 atraviesa Legaire por el cordal y nos permite alargar el recorrido para disfrutar de las inmensas panorámicas de la Llanada Alavesa. En nuestro caso, tras abandonar la calzada deberemos seguir la pista forestal hacia la izquierda. Avanzaremos entre grandes árboles entre los que destacan los hayas, que en nuestro caso muestran una estampa única entre la niebla que los envuelve. De repente contemplamos un haya escultural en la que imaginamos la espalda de un hombre que con sus grandes brazos envuelve al árbol, mientras su cabeza se sumerge en el tronco del mismo. Espectacular.

Es interesante contar con un track o itinerario en nuestro móvil ya que el a la cima no se encuentra señalizado ni una vez en ella hay un elemento que la identifique. A través de un precioso bosque repleto de hayas y rocas inundadas por un verde intenso de musgo que nos trasladan a un bosque encantado de película. Si no hubiese niebla, las vistas serían espectaculares. Nosotras nos quedaremos con las ganas de volver para disfrutar de ella. ¡Un placer Jabi!