El drama de un vecino guipuzcoano en su propia casa: «Me han estafado varios miles de euros por la compra de un colchón»

Los Servicios Sociales y la Guardia Municipal de Pasaia han emitido un comunicado conjunto en el que advierten sobre prácticas comerciales «agresivas» que se han detectado en el pueblo durante las últimas semanas. Su objetivo es evitar que los vecinos de esta localidad caigan en la trampa de comprar un colchón por el que acaban pagando miles de euros.

Según informan, el 'modus operandi' de los presuntos estafadores comienza, en la mayoría de los casos, con visitas a domicilio de representantes de una supuesta empresa, con el pretexto de dejar una encuesta familiar mediante la que intentan, al parecer, localizar a personas mayores. A continuación, inician un proceso de venta de colchones que califican de «agresivo», en el que no dejan al comprador comparar la oferta ni cambiar de opinión.

Luis, nombre ficticio de un pasaitarra que prefiere mantener su identidad en el anonimato, ha sido víctima de esta práctica. «Me han estafado varios miles de euros en la compra de un colchón y otros rios», confiesa a este periódico.

Su caso tuvo lugar hace aproximadamente tres semanas, cuando dos mujeres jóvenes tocaron a la puerta de su domicilio. Ambas se ganaron de inmediato la confianza de Luis, quien les permitió acceder a su hogar para conocer en detalle el producto puesto a la venta por la empresa a la que, tal y como manifestaban, pertenecían.

Se trataba de un colchón ortopédico «medicinal», confeccionado en lana virgen al vacío, que aseguraba un descanso «natural». Las mujeres no ahorraron en detalles sobre sus diferentes características; indeformable, ecológico, transpirable, anatómico, antialérgico, electrobiológico, etc. El colchón, cuyas virtudes estaban avaladas incluso por «un experto», tenía un precio de 2.000 euros.

Luis necesitaba un colchón nuevo, así que, animado por los beneficios en los que se traducía en el que le presentaban «mediante un catálogo» las vendedoras, optó por adquirirlo. No recuerda cómo, pero los 2.000 euros casi acabaron finalmente duplicándose cuando le propusieron hacerse con otros elementos que completaban este producto, como una especie de cubrecolchón y una almohada.

Las mujeres cerraron la venta en pocos minutos solicitando el dinero en el momento. Tras su pago en metálico, informaron a Luis que le enviarían la factura en breve a través de correo electrónico.

Unas horas después, una empresa de transportes entregaba en el domicilio de Luis el colchón y el resto de elementos que había adquirido. Se llevaron, asimismo, su colchón viejo.

Sin embargo, la factura nunca llegó a su email. Carece, por tanto, de ningún comprobante de pago ni de una referencia que le permita dirigirse a la empresa a la que pertenecían ambas vendedoras. Solo conserva el folleto informativo que le presentaron durante la visita a su hogar. Más tarde, pudo comprobar que los productos que había adquirido no se correspondían con el precio que había abonado.

La Guardia Municipal advierte que los timos están dirigidos especialmente a personas mayores. En este sentido, los departamentos responsables del Ayuntamiento aconsejan no abrir la puerta de casa ante situaciones como esta; sobre todo, si el vecino no ha solicitado ningún servicio similar previamente.

En caso de tener que abrir la puerta, se recomienda consultar antes a vecinos, familiares o personas cercanas, así como leer detenidamente el contrato, pedir información sobre la posibilidad de poder devolver el producto y no autorizar la retirada del colchón viejo hasta que la decisión esté meditada. «De acuerdo con ello, también es fundamental solicitar y conservar todos los justificantes de compra», subrayan desde el Consistorio.

Si se detectan este tipo de prácticas sospechosas, los vecinos pueden comunicarlo a la Policía Municipal de Pasaia llamando al número de teléfono 943 00 43 00.

No es la primera vez que se denuncian estafas de este tipo en Gipuzkoa. En 2021 se desarticuló un grupo que se dedicaba a la venta fraudulenta de colchones a personas vulnerables y cuyo 'modus operandi' es muy similar al detectado en la actualidad en Pasaia.

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