Las diez noticias clave de la jornada

E. L. Bernays, padre de las relaciones públicas modernas y autor de los textos más pioneros de la teoría de la propaganda, que sistematizó los ... elementos clave para llegar y convencer a la opinión pública, dio especial importancia al liderazgo, las motivaciones del ciudadano y, por supuesto, los símbolos, y las emociones. El Partido Popular que ha engarzado su tarea diaria de oposición con un próximo Congreso de renovación de ideas y equipos, ha empezado la carrera por el final, intentar activar    las emociones y los símbolos. La 'starting signal', o banderazo de salida que anunció Núñez Feijoó ante la Junta Directiva Nacional intenta adelantar el objetivo del partido y el final de la carrera: «Adiós a Sánchez».   

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Se ha sustituido el imperativo del conocido ¡váyase¡, por el más amable: adiós, pero, en el fondo, sintetiza el mismo deseo que aspira a representar la voluntad de una mayoría de la sociedad. Pero las consignas no funcionan, si no van bien arropadas por el liderazgo y conectadas a las motivaciones de los electores. Los populares están haciendo un esfuerzo por potenciar el liderazgo del expresidente de la Xunta, apadrinado por Rajoy y continuador de la saga de los Fraga, Romay Beccaría, que no acaba de despertar las emociones populares que requiere una figura clave en el proceso de movilizar a la opinion pública.

Según Bernays, la creencia en los líderes es un atajo acertado (cuando los líderes son competentes) para orientar al ciudadano que se ve forzado a buscar en otros autoridad y dirección porque están perdidos en una mar de ideas confusas y conflictivas que compiten por su atención. El equipo de Sánchez ha creído detectar en este elemento de la estrategia del PP, su punto más débil, lo que explica que el propio presidente en una reciente sesión de control se dedicase a golpear en ese clavo:    «Por muchas piezas que renueven en este Congreso, no van a cambiar porque la pieza averiada es usted, señor Feijóo», arremetió. Se supone que los populares tratan de ofrecer un liderazgo tranquilo y fiable, aunque con falta de vibración, en contraste con un Sánchez que describen como, arrogante, e incompetente.

A ver. En el manual de las relaciones públicas modernas el segundo gran elemento es conectar con las aspiraciones de los ciudadanos. Y aquí, el PP, ha elegido un camino incierto apostando por hacer llegar a la opinión pública que la gran oferta es pasar página; adiós, pasar página, no más desastres, sí a una nueva realidad política, como enunció el presidente del PP ante la junta. Incierto, porque la fuerza de los símbolos y las emociones están en constante cambio y porque el público necesita certezas fiscales, laborales, habitacionales ademas de promesas de regenerar la democracia.   

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