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La comparecencia de Leire Díez en un hotel madrileño, un día después de solicitar en Ferraz su baja como militante ha terminado hoy como el rosario de la aurora ... . Apenas había concluido la exalto cargo socialista sus explicaciones sobre por qué trató de obtener trapos sucios de la UCO, fiscales o jueces en reuniones con imputados por corrupción cuando ha irrumpido en la sala el empresario del 'caso Koldo', Víctor de Aldama, el mismo que aseguró la semana pasada haberle tendido una trampa junto al naviero de la trama de hidrocarburos Alejando Hamlyn.
La intención de Díez era seguir hablando e incluso aportar, según explican en su entorno, parte de la documentación que ya dejó ayer en un pendrive en Ferraz, donde compareció ante el instructor del expediente informativo que se le había abierto el miércoles pasado y se entrevistó con el secretario de Organización del partido, Santos Cerdán. Pero la actitud agresiva de Aldama la llevó a recoger rápidamente sus cosas y marcharse mientras este la increpaba: «¡Eres una sinvergüenza y una mentirosa!». ""Ni fontanera ni cobarde; seguiré con mi trabajo, no me van a intimidar", ha alcanzado a decir ella antes de levantarse de la mesa.
Seguida de un enjambre de medios, la exresponsable de prensa del PSOE de Cantabria y exdirectiva de Enusa y Correos solo pudo zafarse de Aldama -que también cargó verbalmente contra Cerdán y Pedro Sánchez-, gracias a un empujón del empresario de la trama de las subvenciones Javier Pérez Dolset, el mismo que aparece en la imagen de la videoconferencia con Hamlyn y que, según ha explicado estos días, colaboraba con Díez y otro grupo de personas con elevados recursos económicos que se consideran víctimas de las cloacas del Estado y tratan de recopilar información para vengarse, en unos casos, y anular sus causas en otros. Según Dolset, hoy acompañaba a Leire Díez «como amigo».
Diez no ha llegado a poner sobre la mesa esos documentos que, conforme al relato expuesto hasta su precipitada macha, demostrarían las corruptelas del sistema. Pero en una intervención muy medida y aparentemente preparada por un abogado, ha argumentado que estaba llevando a cabo una investigación sobre «los estragos del falso patriotismo». Un trabajo que empezó, ha dicho, con la 'operación Kitchen' y del que ha desvinculado al PSOE pero que, según ella, realizó con especial «entusiasmo» en el caso de las causas que afectan a la formación, las mismas -cabe suponer, aunque no las haya citado expresamente- que el Gobierno considera fruto de una cacería de la derecha: las de la mujer y el hermano de Pedro Sánchez o la del Fiscal General del Estado.
«Deseo expresar mi confianza en la democracia, en el Estado de Derecho y, en general, de los servidores públicos. Pero no hay Estado de Derecho perfecto y una democracia no puede olvidar ni mirar para otro lado cuando pueda haber un mal funcionamiento de cualquier servicio público, máxime si afecta a nuestros derechos fundamentales», ha llegado a decir.
Las razones del enfado de Aldama, contra el que Diez pretende presentar una denuncia, no están claras. Dolset ha especulado en conversación con este periódico con que le preocupara que la excargo socialista diera a conocer información que él quiera mantener oculta. En todo caso, el empresario señalado por la UCO como «nexo corruptor» de la trama Koldo, en la que está imputado el exministro de Transportes José Luis Ábalos, se ha despedido de la prensa con una advertencia. «¡Esta señora no sabe lo que ha hecho viniendo aquí. Ya lo veréis y ya lo verán Santos Cerdán y el presidente del Gobierno». También ha expresado su deseo de que el Ejecutivo caiga, "por el bien de España". "A ver si ya de una vez la oposición y el señor Feijóo hacen lo que tiene que hacer", ha sentenciado.
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