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Eneko Andueza celebró este domingo su reelección como secretario general del PSE lanzando a los suyos un mensaje cargado de agradecimientos pero, sobre todo, muy ... ideológico. Lo hizo en un Kurssal abarrotado y arropado por dirigentes de la familia socialista, la vasca y la que vino expresamente de otras comunidades para estar al lado del líder del PSE, que fue el encargado de clausurar el X Congreso, a su juicio, un congreso «histórico», del que salió reforzado para defender «las políticas sociales» de los vascos cuatro años más.
Andueza protagonizó también un discurso muy emocional, en el que sacó pecho por los logros del partido socialista vasco, un partido preparado para «iniciar el camino que les lleve a la Lehendakaritza», porque confesó sentirse «capacitado» para liderar el futuro de Euskadi. Su reto es recuperar el país, y en este sentido arremetió contra los pactos políticos de los nacionalistas al reivindicar al PSE como «garantía ante los frentes comunes» del nacionalismo, en alusión al PNV y EHBildu, después de que hace una semana la formación independentista lanzara a los jeltzales la oferta de ir en coalición a generales y europeas. «¿A qué viene ahora volver a la época de las trincheras?», se cuestionó.
Pero su mensaje se centró más en hablar de los valores de su formación que en cargar contra sus rivales, como sí hizo Santos Cerdán unos minutos antes. El secretario de Organización del PSOE compartió conversación con Emiliano García Page, el presidente de Castilla-La Mancha, en ocasiones muy crítico con las posiciones internas del Gobierno de Sánchez, que este domingo aplaudió entusiasmado a Andueza.
Eneko Andueza confesó que aspira a volver a tener «el timón de este país» porque quiere que Euskadi vuelva a tener un lehendakari socialista. Recordó entonces el último Congreso que el PSE celebró en Donostia, y en el mismo escenario, que sirvió como plataforma para impulsar los sueños socialistas: «Hace 23 años hicimos un cónclave que cambió la historia de Euskadi. Pero a la vez fue un congreso triste porque tres días antes ETA asesinó a Juan Priede». Veinte años después se enorgulleció de poder celebrarlo «sin terrorismo y en libertad».
En un terreno más político, Andueza afianzó su liderazgo y la continuidad de su estrategia de «hacer que las cosas pasen, que es una gran virtud». Es decir, que el PSE trabaja para convertir «las ideas en política y las políticas en bienestar». También defendió que están en los gobiernos para darles «estabilidad, hacerles fuertes y gestionar bien». Y dejó claro lo que quiere para Euskadi; «un país tolerante en el que no quepan los insultos ni la xenofobia ni la homofobia; en el que ninguna mujer tenga que pasar miedo, en el que ningún niño sufra y que dé a sus mayores todo lo que ellos dieron». Y, sobre todo, con unos «servicios públicos fuertes» y que no crezca «a costa de los que menos tienen».
También enumeró lo contrario, lo que no desea, «una Euskadi con la sanidad privatizada, en la que los alumnos reciban clase en barracones, en la que haya niños cuya única comida al día sea la que les dan en el comedor escolar, que niegue la violencia machista y que deje morir a sus mayores en las residencias». Y defendió una Euskadi «en libertad, pero en libertad de la de verdad, no la de tomar cañas».
Abogó asimismo por una Euskadi más competitiva, apostando por la digitalización, favoreciendo las inversiones de empresas vascas para generar líderes en sus sectores como están haciendo en Talgo o protegiendo a las empresas «de las amenazas que vienen del exterior». En este sentido, destacó que el PSE ha estado trabajando durante los últimos meses para que la empresa «se quede en Euskadi y sea una firma vasca tractora de nuestra economía. Que nadie se arrogue ese mérito, porque el mérito de que Talgo siga en Euskadi es de los socialistas».
Fueron muchas las veces que los aplausos 'taparon' la intervención del reelegido, tan larga que incluso tuvo que pedir agua para poder continuar. Ytambién muchas las veces que la emoción no se lo permitió; cuando habló de sus cuatro hijos, de su mujer, Miriam, y de su querido abuelo ya fallecido, un socialista de un pueblo de Zamora que hace tres años lloró como un niño al ver a su nieto, el primero de la familia con estudios universitarios, convertido en secretario general del PSE.
Pero antes de la intervención de Andueza, Santos Cerdán aprovechó para arremeter contra el PP y su presidente, Alberto Núñez Feijóo, quien, según afirmó, «está demostrando muy poca talla política». Lamentó que «es un líder que está perdido, que no tiene proyecto ni liderazgo y baila al son que le marca la coalición negacionista PP-Vox, y ya no sabe si tiene que hacer caso a Abascal o a Ayuso».
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