La izquierda nacionalista vasca ha sido un reflejo de la historia política de la Euskadi contemporánea. La actual marca de Euskal Herria Bildu –una coalición ... electoral en la que se integran Sortu, EA y Alternatiba– ha venido precedida por numerosas coaliciones y fórmulas electorales, en parte para superar las ilegalizaciones. La mayor novedad semántica y política de hoy es que la tradicional izquierda abertzale ha abandonado esta denominación y la ha sustituido por la de izquierda independentista o soberanista. La izquierda revolucionaria del pasado se ha convertido en una izquierda institucional, que preconiza la 'transformación' de la sociedad dentro de las vías democráticas.
¿Por qué se produce esta sustitución? La explicación oficial tiene que ver con la adaptación de la izquierda abertzale tradicional a la nueva estrategia adoptada a partir del gran cambio operado en 2011, con el final de la violencia de ETA. La mutación no solo conllevaba aceptar las vías políticas tras el triunfo de la ponencia Zutik Euskal Herria. Implicaba también una apuesta por la apertura ideológica a sectores que no vienen precisamente de la tradición abertzale. De ahí el proyecto abre sus puertas a ámbitos procedentes de la izquierda confederal, como Alternatiba, o a un partido socialdemócrata abertzale como EA. Euskal Herria Bildu, con Sortu como principal motor, se convierte en la gran coalición electoral que engloba estas expresiones con una mirada puesta en el crecimiento electoral, y en la articulación de una nueva mayoría transversal y hegemónica que aspira a sustituir al PNV.
Historia de las siglas de la izquierda abertzale
Coalición
Herri Batasuna
(HB)
Euskal Herritarrok
(marca electoral)
En 2003, HB, EH y Batasuna fueron ilegalizados en España en virtud de la Ley de partidos
Plataforma electoral para las forales de 2003
EHAK 2005-2008
Se presentó a las elecciones vascas
2007-2008. Sigla fundada en 1930 y resucitada para las elecciones forales y municipales, anulada
Febrero 2011. Partido
de la izquierda abertzale
Noviembre 2011. Marca electoral de la izq. abertzale, EA y Aralar
Aralar
Escisión de Batasuna
contraria a la
violencia de ETA
Disuelta en 2017
Coalición electoral de Sortu, EA, Aralar, Alternatiba e independientes
Historia de las siglas de la izquierda abertzale
Coalición
Herri Batasuna
(HB)
Euskal Herritarrok
(marca electoral)
En 2003, HB, EH y Batasuna fueron ilegalizados en España en virtud de la Ley de partidos
Plataforma electoral para las forales de 2003
EHAK 2005-2008
Se presentó a las elecciones vascas
2007-2008. Sigla fundada en 1930 y resucitada para las elecciones forales y municipales, anulada
Febrero 2011. Partido
de la izquierda abertzale
Noviembre 2011. Marca electoral de la izq. abertzale, EA y Aralar
Aralar
Escisión de Batasuna
contraria a la
violencia de ETA
Disuelta en 2017
Coalición electoral de Sortu, EA, Aralar, Alternatiba e independientes
Historia de las siglas de la izquierda abertzale
Coalición
Herri Batasuna
(HB)
Euskal Herritarrok
(marca electoral)
En 2003, HB, EH y Batasuna fueron ilegalizados en España en virtud de la Ley de partidos
Plataforma electoral para las forales de 2003 junto a cientos de listas municipales independientes. Ilegalizadas
EHAK 2005-2008
Se presentó a las elecciones vascas
2007-2008. Histórica sigla fundada en 1930 y resucitada para las elecciones forales y municipales, anulada
Febrero 2011. Partido
de la izquierda abertzale
Aralar
Escisión de Batasuna
contraria a la
violencia de ETA
Disuelta en 2017
Noviembre 2011. Marca electoral de la izq. abertzale, EA y Aralar
Coalición electoral de Sortu, EA, Aralar, Alternatiba e independientes
En el seno de la izquierda independentista se ha diseñado un escenario de alianzas que responde a esta evolución. EH Bildu aspira a trabar alianzas con el PNV y con el PSE en función de las mayorías y de las instituciones. Y tampoco renuncia a integrarse en un gran tripartito con ambos socios en base a compromisos programáticos. La apuesta posibilista por esta geometría variable de acuerdos se ha convertido en la última partitura de la izquierda independentistas que en este nuevo tiempo no quiere decantarse ni por el tradicional frente de izquierdas junto a los socialistas y los partidos de corte confederal ni tampoco por el bloque abertzale, la apuesta clásica de la izquierda nacionalista vasca.
Otra interpretación sobre el cambio de denominación de la izquierda abertzale histórica la relaciona más con los intereses tácticos para desmarcarse del pasado, y sobre todo para marcar una distancia con la violencia de ETA y con un período en el que la izquierda abertzale se vio mediatizada por la estrategia de imposición totalitaria sobre la que descansó el proyecto ideológico del terrorismo durante muchos años.
Espectro más amplio
Uno de los protagonistas del Pacto de Lizarra considera que ambas interpretaciones –abrirse a nuevos sectores y desligarse del pasado– son perfectamente compatibles. La actual EH Bildu es heredera del capital político acumulado por la izquierda abertzale, pero entra en otro tiempo histórico y efectúa una transición hacia una izquierda soberanista de espectro más amplio, que intenta abarcar no solo a una sensibilidad abertzale sino también a otras corrientes procedentes de la izquierda de tradición federal o confederal que aceptan el derecho a decidir. Desde Lizarra se tiene claro ese modelo, en gran medida por el impulso de una generación que en este momento está o de retirada o en puertas de hacerlo en relación a su liderazgo político. En su momento pensaron que había llegado el momento de buscar una salida a una situación atascada.
La izquierda soberanista se aleja del frente de izquierdas y del bloque soberanista y traba ahora alianzas con PNV y PSE
Ni siquiera ahora, con la presión de las organizaciones ligadas al Movimiento Socialista –EHKS y GKS– cambia en lo esencial este diagnóstico de situación. La crítica que se realiza desde este ámbito de tradición comunista ortodoxa no va en relación con el abandono de las esencias abertzales, sino, fundamentalmente, con la inserción de EH Bildu y de Sortu en la vía institucional, en el reformismo y en la aceptación del sistema. Se les critica por ser socialdemócratas, no porque sean más o menos nacionalistas. Precisamente, el reproche desde EH Bildu, Sortu y Ernai es que las organizaciones del MS han abandonado el territorio abertzale para situarse en un marco estatal con la excusa del 'internacionalismo proletario'. Se trata de un dilema histórico que forma parte del ADN del debate de la izquierda revolucionaria europea.
Quizá el factor más inesperado y sorprendente es la irrupción de ELAen el debate. El sindicato nacionalista se ha situado como un referente de confrontación que se envuelve en la bandera de la acumulación de fuerzas en claves de soberanía con una cultura de contrapoder. Desde Bildu y Sortu se intuye que en los próximos dos años puede articularse una 'pinza' entre ELA y el MS para condicionar a la izquierda independentista.
La referencia histórica
La principal referencia histórica es Herri Batasuna, que nace tras la reunión de la mesa de Alsasua en 1979 y que refleja las tensiones que se producen en la izquierda nacionalista vasca al inicio de la Transición. El origen fue la apuesta de ETA militar por no aceptar la participación en las elecciones generales de 1977 en las conversaciones de Txiberta. La opción ruptura es fruto de una determinada relación de fuerzas interna. Partidos como LAIA, Hasi o ESB deciden concurrir bajo las siglas de HB y se enfrentan a la coalición Euskadiko Ezkerra, que está integrada por el Euskal Iraultzarako Alderdia (EIA), el Partido de la Revolución vasca y el EMK, la versión vasca del Movimiento Comunista. El divorcio en el seno del nacionalismo de izquierdas fue traumático.
Con el nuevo siglo XXI, HB finalmente desembocó en Batasuna. La sombra de la ilegalización planeaba con fuerza creciente y la dinámica de Lizarra empujaba a la izquierda abertzale a ampliar sus aliados y a explorar marcas viables con la legalidad. Ahí encajan desde Euskal Herritarrok hasta los intentos por buscar listas a través de las siglas de ANV. Solo sería posible después del cese de la violencia de ETA en 2011, cuando, un año después, Sortu logró inscribirse en el registro de los partidos políticos al mostrar su voluntad de posición clara e inequívoca de actuar por vías políticas y democráticas para trabajar por «un Estado vasco en el marco europeo».
A pesar de esta posición de rechazo de la violencia, EH Bildu se resiste a utilizar el término 'condena' y a realizar una autocrítica de lo que fue la violencia en el pasado. Una 'mochila' que aún lastra su política de alianzas de gobierno, por ejemplo con el PSE, y que quizá tenga que esperar a una próxima generación para desaparecer. El viaje aún no ha terminado.
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