Tuit, retuits, 'followers', seguidores, hastags, visualizaciones... son términos que han llegado a la política para quedarse. Las redes sociales se han convertido en ... un medio para que los partidos transmitan sus mensajes y tengan la opción de interactuar con los ciudadanos. Y ahí, en este nuevo escenario, hay dos partidos que aventajan con claridad al resto: Vox y Unidas Podemos. Un simple vistazo a sus perfiles es suficiente para constatarlo. La formación de Santiago Abascal tiene más seguidores en Youtube que el resto de partidos juntos, mientras que el grupo que encabeza Pablo Iglesias cuenta con más s en Facebook que todos los demás, a pesar de que son la tercera y cuarta fuerza del arco parlamentario. «Hubiera sido impensable el crecimiento de Vox y Unidas Podemos sin su labor en las redes sociales. Es más, si son tercero y cuarto en número de sufragios es porque son primero y segundo en redes sociales», apunta el vicerrector de Relaciones Internacionales y Transformación Digital de la Universidad de Deusto, Álex Rayón.
Los partidos en España hacen un uso bastante institucional de las redes sociales. En primer lugar, para relacionarse con la sociedad y vender su discurso. «Utilizan una comunicación muy formal que tiene sus dificultades porque no conecta con la audiencia al no hablar el mismo idioma que el de las redes», señala este experto. En segunda instancia, para hacer campañas hipersegmentadas. «Si quiero mostrar mi eslogan para la 'Y vasca' y que solo lo vean los ciudadanos de las tres capitales vascas, puedo mostrar el mensaje de comunicación solo a los residentes de esas tres ciudades. Con los riesgos que esto tiene», reconoce Rayón.
El riesgo al que se refiere el profesor es la endogamia comunicativa. Es decir, que solo te lean los que quieres que te lean, lo que acarrea problemas porque cada uno solo busca lo que le gusta y acaba leyendo lo que le da la razón. «De esta manera -advierte Rayón-, se pierde la heterogeneidad discursiva y reflexiva».
Pero, ¿qué es lo que han hecho bien Vox y Podemos a diferencia del resto de partidos? «Conectar muy bien con el voto diferente. El tradicional no es el de ellos. Su voto se caracteriza por ser joven, de desencanto, transversal, polarizable... y éste es el caladero de las redes sociales. Lo supo explotar muy bien Vox. Por eso, su programa político es muy particular, es una amalgama de temas radicalizados en redes sociales: el tema de género, la caza y la tauromaquia... A quienes les interesan estos temas se juntan en las redes y se convierten en una maquinaria de votos», explica Rayón.
Los datos son incuestionables. El partido de ultraderecha es líder en Youtube e Instragram, en los que acumula 382.000 y 617.000 seguidores, respectivamente. Le sigue Podemos con 116.000 y 269.000, muy por encima de PSOE y PP, que no llegan a los 100.000 en ninguna de las dos redes sociales. En el caso de Twitter y Facebook, es la fuerza morada quien encabeza esta lista con casi tres millones de s entre las dos redes. Populares y socialistas superan el millón por poco.
«Los partidos tradicionales se equivocan al pensar que es suficiente con publicar el vídeo de un mitin»
Álex Rayón, vicerrector de la Univesidad de Deusto
UP suma casi tres millones de s entre Twitter y Facebook, y PP y PSOE apenas superan el millón
Entre los partidos vascos, EH Bildu supera en todas las redes sociales al PNV y en alguna le triplica
Entre las formaciones vascas, EH Bildu supera en todas las redes sociales al PNV. Incluso llega a triplicar a la formación jeltzale en número de seguidores en Facebook y le dobla ampliamente en Twitter e Instagram.
Hacer de la necesidad virtud es otro de los factores que explican la diferencia sustancial entre unos y otros. Los partidos nuevos en sus inicios no tienen un espacio en los medios tradicionales y tratan de encontrar uno propio en las redes sociales o en los medios alternativos. «Esto es algo que Vox y Podemos han comprendido y explotado muy bien. Sobre todo, han interiorizado que las redes sirven para movilizar a sus simpatizantes», explica Marta Rebolledo, profesora de Comunicación Política en la Universidad de Navarra.
El veto a Trump
Recientemente, plataformas como Twitter y Facebook cerraron los perfiles del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, por sus mensajes tras la toma del Capitolio, una decisión que suscita el debate sobre si estas empresas se han convertido en actores políticos. Rebolledo así lo cree y considera que esta medida se mueve en «un terreno delicado», en el que se plantean nuevas cuestiones como a qué se debe que se tome ahora y no antes. Rayón va más allá y alerta de que las redes sociales, más que en actores, «se han convertido en poderes políticos porque son capaces de silenciar a un presidente que, sin embargo, no es capaz de silenciarlas a ellas».
Otro aspecto es si la postura de Twitter o Facebook es efectiva. Al mismo tiempo que las cuentas de Trump eran clausuradas, sus seguidores se agruparon en Parler, otra red social que muchos consideran el refugio de la extrema derecha de Estados Unidos. Entre quienes la usan en España, se encuentran el dirigente de Vox Iván Espinosa de los Monteros; la diputada del PP Beatriz Fanjul; y el exportavoz de Ciudadanos Juan Carlos Girauta.
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