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El PNV y el PSE tensan en las últimas semanas su coalición con diferentes choques en público –sobre el trazado del TAV, el decreto ... de Universidades o las políticas de inmigración– pero excluyen que esta subida de temperatura pueda terminar por deteriorar su acuerdo y desestabilizar la legislatura vasca. Los sucesivos encontronazos de los últimos meses revelan una relación más conflictiva que ha crispado la 'pax' de que presumía la política vasca en contraste con el clima convulso del pasado. De un lado, los socialistas vascos quieren preservar su margen de maniobra, sin que la alianza les reste perfil propio. De ahí se explica la decisión de su secretario general, Eneko Andueza, de quedarse fuera del Gobierno Vasco y no ser consejero. Andueza quiere tener las manos libres. Y también el PNV desea clarificar su posición para que no se le confunda demasiado con la estrategia de Pedro Sánchez. En los jeltzales hay algunas voces que quieren un mayor marcaje propio ante el Gobierno de coalición PSOE-Sumar y la propia presencia de Esteban en el EBB introduce un estilo dialéctico más de combate.
El debate fue reabierto la semana pasada por el lehendakari Imanol Pradales al cuestionase «qué tipo de migración necesitamos y qué tipo de migración es la que estamos recibiendo». Unas palabras que fueron respaldadas por el portavoz parlamentario del PNV, Joseba Díez Antxustegi, y que, fueron contestadas de inmediato por Marisol Garmendia, delegada del Gobierno central en Euskadi, que acusó al lehendakari de mantener una posición cercana a la «caverna» y a los «mensajes viejos y retrógrados de PP y Vox».
Tras la intervención de Garmendia, el EBB reaccionó con un comunicado en el que, además de calificar de «inisibles» las palabras de la dirigente socialista, lanzó un mensaje a navegantes: «Tomamos nota». Un tenso toma y daca entre los socios de Gobierno, PNV y PSE, que ayer el Gobierno Vasco trató de apaciguar para no subir aún más la temperatura. El socialista Eneko Andueza no esquivó la polémica y respondió a Pradales, a quien replicó que «no se puede marginar» a los inmigrantes sin cualificación.
La sangre no llegará al río pero sí augura un calentamiento de la política vasca, sumida en la placidez en los últimos años. Este último desencuentro tiene como telón de fondo la disputa ideológica sobre la emigración. Para los socialistas, es peligroso que el PNV deslice la idea de que la emigración tiene que ser «selectiva» cuando Euskadi necesita también migración para cubrir empleos que no quieren los autóctonos como los trabajos de cuidados a los mayores o en la hostelería.
Los choques no van a tener consecuencias drásticas en el corto plazo. Ambos partidos lo asumen, saben que no existe una alternativa viable a la mayoría aunque iten que la dinámica es un anticipo de una futura campaña electoral para las municipales y forales de gran voltaje.
El Gobierno Vasco quiso ayer enfriar el debate. Los consejeros del PNV y el PSE abordaron ayer en el Consejo de Gobierno esta cuestión. Fue la portavoz del Ejecutivo autonómico, Maria Ubarretxena, quien trató de rebajar la tensión, explicando qué quiso decir el lehendakari. «Ni vamos a alimentar polémicas, ni vamos a matizar palabras», señaló, quien aseguró que en la reunión semanal del Consejo de Gobierno no hubo choque de trenes entre los socios: «No ha habido desacuerdo por parte de ningún consejero».
«Solo en los últimos cinco años hemos recibido más de 75.000 personas migradas. Pero no ha sido una migración buscada. ¿Qué necesidades tiene la sociedad y la economía vasca?», dijo. A este respecto, la portavoz del Ejecutivo autonómico defendió «la reflexión que realizó el lehendakari era sobre el reto demográfico de Euskadi, es decir, sobre el envejecimiento de la población y la necesidad de fidelizar y de atraer talento». Por ello, insistió en que «para dar respuesta a este reto, hay un factor, que es el migratorio, y el lehendakari recordó que no hay un plan estructural ni en Europa ni tampoco por parte del Estado, es decir, no hay una política migratoria».
La portavoz puso en valor la gestión del Gobierno Vasco sobre este asunto y citó los acuerdos de la Comisión Bilateral de noviembre del 2024, en la que participaron tanto el presidente del Ejecutivo central, Pedro Sánchez, como el propio lehendakari. «En aquella reunión se habló de que la política de inmigración no se podía improvisar, que debe ser ordenada y planificada, y se aludió a la importancia de contar con un Plan Estratégico», subrayó. También destacó que a esta reunión asistió la delegada del Gobierno en Euskadi, «y por tanto, conoce perfectamente cuál es la postura del Gobierno Vasco, que por cierto está totalmente alineada con la posición del presidente del Gobierno».
El secretario general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, pidió que no se «frivolice con la cuestión» ni se utilice como arma electoral. En una entrevista en Radio Euskadi reivindicó un «pacto nacional vasco» que regule la cuestión y se preguntó en tono crítico «en qué están de acuerdo PNV y PSE».
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