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Ilustración: Sr. García

«Ya no puedo más»: ¿Políticos al borde del KO?

La renuncia de Elsa Artadi a continuar en política por agotamiento ha puesto de manifiesto el desgaste que soportan quienes ejercen esta actividad

Fernando Segura

San Sebastián

Lunes, 4 de julio 2022, 08:10

Elsa Artadi abandonó la política con un sincero y compungido «ya no puedo más». La joven dirigente de Junts per Catalunya, consejera de Presidencia y portavoz del Govern de Quim Torra, tenía por delante un futuro prometedor, pero reconocía que había soportado una presión excesiva y que deseaba encaminar su vida hacia otros derroteros. El paso dado por Artadi refleja una realidad poco conocida porque si bien sobre los políticos recae con frecuencia diversos sambenitos, lo cierto es que una parte considerable de ellos soporta una enorme carga de trabajo, con horas interminables, negociaciones contrarreloj y decisiones de gran calado que exigen nervios de acero.

En este reportaje hemos preguntado a cinco expolíticos vascos de larga trayectoria si han sentido en algún momento de su carrera el mismo hartazgo que Artadi. En el caso de Euskadi, además, el terrorismo hizo muy dura esta dedicación, especialmente para los constitucionalistas ante la amenaza de ETA.

Todos los consultados reconocen que se trata de una actividad que quema, pero iten que la sobrellevaron sin excesivas heridas porque entraron en ella por vocación. Añaden que ahora el panorama es más 'tóxico' en gran medida por la presión que ejercen las redes sociales.

  1. Iñaki Gurrutxaga | Exconcejal de EE y antiguo asesor de Goia

    «La política machaca, es normal que haya gente que lo deje»

Iñaki Gurrutxaga, en su última entrevista tras jubilarse como asesor de Eneko Goia. Lusa

Iñaki Gurrutxaga se ha jubilado recientemente. Comenzó su andadura como concejal de Euskadiko Ezkerra en el Ayuntamiento de Donostia, luego volvió a la actividad privada y finalmente se reincorporó al Consistorio como asesor del alcalde Eneko Goia. Este periplo, explica Gurrutxaga, le ha servido para evitar caer en el desánimo. «No he llegado a ese punto porque he estado en la política y también salí de ese mundo en algún periodo. Siempre tuve esa posibilidad. En mi trayectoria hubo un primer periodo en EE que terminó con una escisión, una etapa con situaciones muy complicadas. Entonces me aparté y dejé de ser concejal. He visto a otros que han salido muy quemados, incluso gente joven que lo ha pasado muy mal en legislaturas duras y esto les llevó a distanciarse. Por eso me parecen perfectamente comprensibles decisiones como la de Artadi».

Gurrutxaga asegura que la situación está empeorando. «En los primeros años de la democracia la política tenía un valor de servicio público. Ahora hay un gran descrédito. Están prevaleciendo valores de 'qué hay de lo mío', con independencia de que al final lo importante en la gestión es saber cómo se puede beneficiar al conjunto de la sociedad. Frente a eso, ahora se oye a los que más ruido hacen».

En opinión del exconcejal, las nuevas tecnologías multiplican la presión. «Te obligan a estar permanentemente conectado y más en un ayuntamiento tan intenso como el de Donostia. Todos estos factores hacen perfectamente comprensible que haya gente que decida dejarlo. Por otra parte, hay diferencia entre estar en el gobierno o en la oposición. En el primer caso se trabaja más. La jornada de mañana y tarde limita la conciliación. Además, hay muchas reuniones fuera del horario con vecinos, asociaciones y demás. Así que sí, la política machaca».

  1. Begoña Errazti | Expresidenta de EA

    «Son muchas horas de trabajo, con momentos durísimos»

Begoña Errazti, en la sede de EA cuando era presidenta. Efe

Begoña Errazti fue portavoz de EA en el Parlamento de Navarra en dos legislaturas (1995-1999/1999-2003) y presidenta del partido (1999-2003). En la actualidad es directora general de la Fundación Eragintza. Alejada hace tiempo de aquellas vicisitudes, afirma que en todos los ámbitos de la vida «hay un momento en el que las personas decimos 'no puedo más', no es algo que achacaría específicamente a la política. Otra cosa es que haya que saber entrar y también marcharse. No es conveniente para la sociedad que se funcionarice. A esta actividad hay que llegar con ganas, con cierto bagaje profesional y también tener claro que es un tiempo en la vida».

Errazti subraya que es necesario ponerla en valor aunque solo sea por salud democrática. «Se resaltan las cuestiones negativas y no el intenso trabajo que conlleva. Ahora bien, hay de todo. No deja de ser un reflejo de la sociedad, en la que se aprecia un deterioro de los valores. Se ha normalizado afirmar que es algo de gente que no trabaja, de corruptos... Es verdad que hay políticos que han sido y que son así, pero si nos miramos como sociedad también es común ver que se ensalza al que es un maestro en corruptelas».

Errazti también resalta que se trabajan muchísimas horas. «Mi experiencia en el Parlamento como portavoz fue intensa, porque tienes que comparar legislaciones y otras muchas cuestiones que no se ven, pero están. Hay una enorme responsabilidad porque la elaboración de una ley no se puede tomar a la ligera». Añade que las reuniones con los ciudadanos o con los militantes «debes convocarlas a cierta hora de la tarde porque la gente trabaja. Esto es inherente a nuestra labor y hace imposible, por ejemplo, la conciliación familiar. En realidad, no es una profesión, sino un tiempo de entrega a la sociedad. Son muchas horas de trabajo y hay momentos durísimos».

  1. Miguel Buen | Exalcalde de Errenteria por el PSE

    «Aunque el balance es positivo, pasé momentos malísimos»

Miguel Buen, en un mitin del PSE. Arizmendi

La trayectoria política de Miguel Buen es larga como el Amazonas, así que nos limitaremos a señalar que fue alcalde de Errenteria, líder del PSE en Gipuzkoa, portavoz en Juntas y Parlamentario Vasco. Ahora jubilado, coincide con Begoña Errazti en que la política no debería ser un trabajo en el sentido estricto del término. «Es una vocación y para desempeñarla como mínimo honradamente hay que dedicarle las 24 horas del día, de eso no cabe duda. Es cierto que sí hay quien la considera como una profesión porque no ha hecho otra cosa en su vida. Hay quien va buscando eso que llaman el 'erotismo del poder' pero no existe, lo normal es que los ciudadanos sean exigentes y para dar respuesta a sus problemas hay que trabajar con intensidad».

Respecto a si en algún momento pensó en tirar la toalla, máxime sabiendo que era objetivo de ETA, responde que el terrorismo «te quita una parte de la vida porque estábamos permanente vigilados tanto por los que pasaban la información para que atentaran contra ti como por quienes te protegían. Cada vez que había un atentado era terrible y te planteabas si merecía la pena el esfuerzo para que luego vinieran unos locos y te pegaran dos tiros, como ocurrió con Froilán Elespe, Gregorio Ordóñez o tantos otros que fueron asesinados».

Aún así, Buen da por bien empleada su trayectoria. «Toda exposición pública acaba quemando, pero yo no he tenido esa sensación. De hecho en mi pueblo, en Errenteria, donde fui alcalde, ahora que estoy jubilado la gente me sigue saludando y me recuerda con cariño. Así que aunque el esfuerzo fuera máximo y haya pasado malos ratos, algunos de ellos malísimos, el balance sin duda es positivo».

  1. Iñaki Txueka | Exdiputado del PNV en el Congreso

    «Con el tema de la autovía y ETA, el desgaste fue total»

Iñaki Txueka, en un pleno de Juntas cuando era diputado de Agricultura. Michelena

El curriculum de Iñaki Txueka también es extenso. Ha sido concejal de Getaria, diputado foral y en el Congreso, así como miembro del Euskadi Buru Ba-tzar. Al igual que Iñaki Gurrutxaga, señala que la política «machaca». Añade que disfrutó en la Diputación de Gipuzkoa al frente del departamento de Agricultura y Medio Ambiente, «pero a la vez era portavoz y nos pilló el problema de la autovía de Navarra con ETA atentando. El desgaste fue absoluto. De todas formas, en aquella época recibíamos críticas, pero también había gente que reconocía la labor que realizabas. Ahora el machaque es total y sinceramente no sé si serviría para estar ahí».

Txueka aboga por reconocer el trabajo que se realiza. «Cuando me hablan de ocho horas de jornada me da la risa. Si a cualquier político de cierto nivel se le pagara por las horas que mete.... Es muy duro. Falta prestigio social y eso implica que cada vez haya menos gente con capacidad para dedicarse a esta actividad y eso conlleva un riesgo social terrible, porque significa que la gente válida huye de la política».

Txueka reconoce que ha tenido la gran suerte de poder entrar y salir, porque tenía una actividad privada al margen, dedicado al txakoli.

  1. Pello Urizar | Exparlamentario de EH Bildu

    «Yo no tenía horario flexible, sino estirable»

Pello Urizar, en una entrevista en 2017. Michelena

Pello Urizar fue secretario general de Eusko Alkartasuna y parlamentario vasco por EH Bildu. Abandonó la política y ahora trabaja en una cooperativa. Urizar se muestra claro. «La política sí quema. Estuve diez años con responsabilidades que obligaban a cubrir diferentes frentes. Llegas con una mochila vacía y se va llenando. Quizá algunos gestionen mejor que otros el espacio de esa mochila, pero yo en un momento dado entendí que era el momento de dar paso a otras personas y acabé dejándolo».

Urizar explica, al igual que sus compañeros expolíticos, que más allá de las intervenciones públicas, «que son las que la gente ve, hay mucho trabajo interno. Yo solía decir que no tenía horario flexible, sino estirable. Y no de cinco días a la semana, sino de seis y siete. Los fines de semana que libraba dos días aplaudía, porque era novedoso. Además, hay momentos de tensión, especialmente cuando tienes que tomar decisiones importantes».

El exparlamentario subraya que las redes sociales han agravado el panorama. «Hace treinta años si no estabas cerca de un teléfono fijo no te localizaban. Ahora es distinto. Ahí esta twitter. Mil veces habré escrito algo y no lo he publicado, decisión sin duda acertada. Se ha llenado de gente que desde el anonimato solo lanza basura».

En resumen, concluye Urizar, «entiendo la postura de Elsa Artadi. En todos los órdenes de la vida hay que saber decir 'no' y hay personas que lo hacen y otras que son incapaces. Cada uno es como es. He visto a mucha gente, incluso personas que no estaban en primera línea, que se han quemado porque se les exigía como a mí horario estirable y calendario ilimitado».

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