Tormenta de guion

Sin embargo, la tranquilidad reina en Moncloa, que no contempla que se rompa ningún jarrón en esta ciclogénesis política tras elevar al 2% del PIB el gasto militar para este año, que suponen 10.471 millones. El cabreo de la vicepresidenta Díaz fue monumental, pero tampoco provocará una salida abrupta del Gobierno de ninguno de los socios de Sumar.

Sánchez apuró los plazos para anunciar este martes las previsiones del gasto militar comprometidas por todos los países de la OTAN, aunque haga regates lingüísticos para definir las partidas de Defensa. De esta manera, el presidente del Gobierno se da un baño de realidad como líder de un país miembro de la UE y de la Alianza Atlántica al verse obligado a subir el gasto militar de España para contribuir que el rearme se sustancie en Europa en 800.000 millones.

Ahora el presidente tendrá que explicar con nítida transparencia en sede parlamentaria de qué partidas ya aprobadas procede el anunciado incremento del gasto militar, un trasvase de dinero que evitará que ese sobrecoste tenga que ser aprobado por el Congreso. De dónde saldrá ese dinero y de qué manera no sufrirá el gasto social comprometido. Sánchez debe ofrecer las cuentas claras para evitar suspicacias en un asunto tan sensible.