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Nacieron a miles de kilometros pero se sienten «parte de Euskadi». Sidahmed, María, Josleidi, Fabián y Cecilia son cinco de los más de 78. ... 000 inmigrantes que viven actualmente en Gipuzkoa. Un colectivo que cada año va en aumento y representa ya el 10,9% de la población guipuzcoana, según los últimos datos de Ikuspegia –el Observatorio Vasco de Inmigración–. Como minoría que son, consideran «importante y vital» tener voz y que «se nos visibilice». Qué mejor forma de conseguirlo que a través del voto. «Poder votar –aseguran– nos hace sentirnos más integrados».
Sin embargo, la legislación no permite que los residentes de origen extranjero participen en todos los procesos electorales. En los comicios generales y autonómicos, la Constitución reserva este derecho a quienes cuentan con la nacionalidad española. La norma es diferente para las elecciones al Parlamento Europeo, en las que pueden votar nacionales de los países de la Unión Europea residentes en territorio español, y en las municipales. En los comicios locales, la legislación establece una primera condición: solo pueden participar los inmigrantes procedentes de otros 27 países comunitarios y de terceros Estados que hayan firmado con España un acuerdo recíproco. Esto es, aquellos cuyos países también permitan votar a ciudadanos españoles si cumplen con lo establecido en el convenio. Esta es la historia de cinco 'nuevos guipuzcoanos' que sí han conseguido el derecho a voto.
Sidahmed El Kori (Sáhara Occidental) | Simpatizante del PNV
En 1975, con apenas once años, Sidahmed El Kori abandonó su Dajla natal –«el mejor caladero de toda África»– para huir de un país en guerra. Cuba, la antigua Yugoslavia, Andalucía y Navarra le acogieron antes de que se instalara en Donostia en 2002. Electromecánico de profesión, este saharaui recita de memoria y en euskera la historia del PNV. «Me afilié al partido por sus principios de transparencia política y social y objetividad en el bienestar de la sociedad», subraya.
Aunque reconoce no ser un militante activo, está dispuesto «a dar todo» por la formación que lidera Andoni Ortuzar. «Estoy para el partido. Si me dice lo que debo de hacer –asevera–, lo hago sin pensarlo dos veces». Su doble nacionalidad permite a Sidahmed participar en todas las citas electorales, con las que siempre ha cumplido. «Es un halago que te pidan opinión. Y, en el fondo, en unos comicios es lo que se hace», apunta.
María Izquierdo ( Colombia) | Simpatizante de EH Bildu
María se considera simpatizante de EH Bildu por «herencia». Su marido –ya fallecido– fue concejal de Eusko Alkartasuna durante dos legislaturas en el Ayuntamiento de Errenteria. «Era una persona inquieta e involucrada», recuerda. A los dieciséis años esta enfermera del ambulatorio de Gros en Donostia participó en una iniciativa piloto en su país. «Se formó un partido de jóvenes y llegué a ser concejal», reconoce. En la actualidad, aunque vive a miles de kilómetros de su país de origen, mantiene su afiliación al Partido Liberal Colombiano. «Siempre he estado relacionada –remarca– con partidos de izquierdas».
María aporta su granito de arena siempre que puede. «En ocasiones –explica–, me llaman cuando hay algún proyecto en el que consideran que puedo aportar, como por ejemplo de cooperación internacional». Desde su experiencia, considera fundamental que los inmigrantes participen en todos los ámbitos de la sociedad, incluida la política, para su integración. «Hay algo que nos unifica. No somos de aquí, somos inmigrantes. Es por lo que tenemos que luchar. Da igual desde qué formación. Ojalá hubiera un inmigrante representante en todos los partidos», señala esta sanitaria, que lleva once años viviendo en Errenteria.
Josleidi Ferrera (Venezuela) | Edil del PSE-EE en el Ayuntamiento de Errenteria
Después de vivir más de 10 años en Errenteria, Yosleidi Ferrera dio el salto a la arena política en las elecciones municipales de 2019 de la mano del PSE-EE. «Acepté porque me encantan los retos, me sube la adrenalina», reconoce esta venezolana licenciada en istración y Dirección de Empresas, que dejó su país natal en 2006 «cuando se comenzaron a torcer las cosas». De padre canario, Yosleidi llegó a Gipuzkoa por amor después de haber vivido dos años entre Tenerife y Madrid. «Siempre soñé con vivir en un lugar con playa, montaña y mar –relata– y la vida me lo ha concedido». Su suegro, «un gran fan del partido», fue el encargado de introducirla en los círculos socialistas. «Siempre he defendido la libertad de pensamiento y la libertad democrática y, cuando llegué aquí, comprobé que el PSE había hecho esa labor», señala.
Afincada «definitivamente» en Errenteria, Yosleidi reconoce que la política en su país y en Euskadi «son como la noche y el día». La concejala recuerda que en Venezuela la política rompió familias y destrozó el país «como el terrorismo aquí». La diferencia entre ambos radica, en su opinión, en que Euskadi «trabajó por la tolerancia, por la paz y la convivencia de todos y eso hay que cuidarlo y mantenerlo».
Fabián Hernández (México) | Simpatizante de Podemos
Llegó hace cuatro años a Gipuzkoa para trabajar como psiquiatra en un centro hospitalario de Tolosa, coincidiendo con el desembarco de Podemos en el Congreso de los Diputados. «Me defino como una persona de izquierdas», ite Fabián Hernández, que, en estos años, ha pasado de ser un simple militante de base de la formación morada a ser el responsable de comunicación del círculo de Donostia. «Pensaba que siendo de fuera el proceso sería más complejo –explica–, pero no he tenido ninguna dificultad. La gente, sin conocerme de nada, intentó integrarme desde el principio».
De momento, este médico no se plantea dar un paso más allá e integrarse en una futura lista de la formación de Pablo Iglesias, aunque el horizonte electoral es lejano. «Mi intención es participar en más asambleas y ampliar experiencia. Es pronto todavía para plantearme otras cosas», ite.
Fabián se muestra preocupado por el auge importante de los partidos xenófobos y de ultraderecha que han puesto a la inmigración en su punto de mira. «Es importante y vital –insiste– que como minoría tengamos una voz y se nos visibilice». Por eso ha decidido pasar de espectador a actor. «Es importante que estemos ahí presentes. La situación en Euskadi es muy diferente a otros sitios y, precisamente por eso, debemos aprovechar esa coyuntura y hacernos visibles».
Cecilia Mendoza (Colombia) | Simpatizante del PP
«Soy una persona conservadora por tradición familiar. Mis abuelos, mis padres, mis hermanos... siempre lo hemos sido», cuenta Cecilia Mendoza, originaria de Cartagena de Indias y que actualmente reside en la ciudad de Irun.
Con el título de trabajadora social bajo el brazo, hace doce años esta colombiana se trasladó a Gipuzkoa alentada por su hermana, donde ha echado raíces. «Mi familia y yo (ya van por la tercera generación) tenemos claro que nos quedamos aquí», asevera Cecilia, que se queja de que los partidos prestan muy poca atención a los inmigrantes. «No se trata tanto de concedernos ayudas –indica– sino de conseguir que nos integremos en el entramado laboral, de una manera digna, que no sea precaria». Pese a las críticas, reconoce haberse sentido siempre «arropada» en su entorno.
«Fiel» votante del PP desde que logró la nacionalidad española hace «nueve o diez años», Cecilia asegura que poder participar en las elecciones le hace sentirse «más integrada». «Me hace ser una parte de Euskadi», recalca. Aunque su trabajo como interna no le permite ser todo lo activa que le gustaría, esta colombiana reconoce que su país natal sí lo hacía. «La política allá es más de integración –apunta–, de persona a persona. Aquí, en cambio, es más frío, más distante».
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