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álvaro vicente
San Sebastián
Viernes, 21 de mayo 2021, 09:34
A Ante Budimir (Ozimica, Bosnia, 1991) le salen los números. Estudiante a distancia de Economía en la Universidad de Zagreb, su balance como ... cedido en Osasuna cotiza al alza: 11 goles, uno cada 145 minutos de juego, permanencia en Primera asegurada y el billete para la Eurocopa cerrado. Mejor es difícil. El delantero cedido por el Mallorca es el jugador del momento en Osasuna. Alguien que no se anda con florituras y a quien la Real Sociedad deberá atar en corto mañana. No es Budimir un delantero de regate, de gambeteos. No puede serlo alguien que tuvo que escapar de la guerra con lo puesto y que siendo un crío perdió a su padre en un accidente. Budimir remata y luego pregunta. Todos sus goles menos uno han sido al primer toque, siete de ellos de cabeza. Él lo achaca al estilo de juego que propugna Osasuna. «Ahora tengo muchos más centros y tengo que rematar rápido. Pienso a un toque», advertía ayer en una entrevista en 'El Diario de Navarra'. Pero hay algo más. Sus compañeros le buscan porque sus goles han impulsado a Osasuna hacia la permanencia en una temporada en la que la lesión de Chimy Ávila, su delantero referencia, auguraba problemas arriba. Budimir ha paliado la ausencia del argentino. Cuatro goles en las tres últimas jornadas lo han catapultado hasta el punto de que en Pamplona se están planteando la posibilidad de ejercer la opción de compra preferencial por Budimir que tiene el club antes del 30 de junio.
El problema es que a Osasuna no le dan los números. Pagó 270.000 euros al Mallorca por la cesión y ahora Budimir cuesta ocho millones de euros en un momento en el que las arcas de Osasuna no andan boyantes. La deuda neta del club se ha desbocado hasta los 43 millones de euros. La operación es complicada. Doblaría la cantidad del traspaso más caro realizado nunca por Osasuna (3,5 millones por Dady y Rubén García). Es casi imposible ahora que el Mallorca, el club al que pertenece ha confirmado su ascenso a Primera. «El club ya sabe mi opinión, aquí (en Osasuna) soy feliz», dice Budimir tratando de contentar a los aficionados rojillos.
Ante esta tesitura, Jagoba Arrasate ya ha empezado a dibujar el futuro sin él y es fácil que apueste por Chimy en el duelo de mañana para evitar cualquier posible lesión de Budimir que pudiera poner en peligro su concurso en la Eurocopa.
El entrenador sabe además que no puede esperar a la próxima pretemporada para calibrar el nivel que puede ofrecer el rosarino, un futbolista excepcional con una trayectoria cercenada por dos lesiones graves en las rodillas. El delantero argentino, una de las sensaciones de la Liga cuando se rompió por primera vez hace quince meses –llevaba nueve goles en Liga en veinte encuentros–, ya sabe que la parte fundamental de su restablecimiento está ahora en la reparación de su ritmo de juego.
Desde que fuera convocado por primera vez en el encuentro contra el Huesca, el 20 de marzo, para ser aquel día mero espectador, Chimy ha participado en ocho partidos de Liga. En los cuatro primeros, su concurso fue en los minutos finales; mientras que ante el Real Madrid, el 1 de este mes, disfrutó de su primera titularidad y de su presencia más larga en el terreno de juego, por encima de la hora –64 minutos–, mismo tiempo que jugó en el último choque en El Sadar, en la victoria por 3-2 ante el Cádiz. Por el momento no ha visto puerta.
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