
Perfil de Imanol Alguacil
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Perfil de Imanol Alguacil
El comercial que entrenaba a los cadetes del puebloAcostumbrados a exfutbolistas que sin apenas experiencia en los banquillos reciben oportunidades muy por encima de sus capacidades, Imanol Alguacil representa el ejemplo contrario, el del entrenador que comienza picando piedra hasta esculpir años más tarde en la Real Sociedad una obra tan hermosa que resistirá sin problemas el paso del tiempo.
El fútbol y la Real siempre han corrido por las venas de este oriotarra, el tercero de siete hermanos, que tuvo que crecer sin su madre, fallecida cuando era pequeño, y sin la presencia cotidiana de su padre, camionero de profesión y casi siempre en la carretera. Como figura contracultural que es, siendo oriotarra prefirió ser futbolista a remero y siempre que podía se escapaba junto a su cuadrilla a Michelín para ver los partidos del Juvenil y del Sanse soñando seguramente con vestir algún día esa camiseta txuri-urdin que tanto ama.
Lo logró a los 17 años. A esa edad entró en Zubieta procedente del Orioko y, tras destacar en el Sanse con Periko Alonso, Marco Antonio Boronat le hizo debutar en el primer equipo un 29 de septiembre de 1990 en el Carlos Tartiere de Oviedo, iniciando una carrera como futbolista que si bien fue buena, no alcanzó la brillantez que ha tenido su etapa como entrenador.
Tras salir de la Real pasó por Villarreal, Jaén, Cartagonova y Burgos, su último equipo antes de colgar las botas con 31 años en un partido en El Plantío ante el Hospitalet. Entonces ya tenía decidido regresar a su Orio natal y emprender una nueva trayectoria laboral.
Lo hizo como comercial de una empresa de limpieza para hostelería y más adelante montando una empresa de mensajería. No obstante, su pasión por el fútbol seguía intacta. De hecho, comenzó a sacarse el carnet de entrenador y cuando le ofrecieron la posibilidad de dirigir a los cadetes del Orioko junto a Mikel Lasa no se le cayeron los anillos porque ni él es así ni comenzó a entrenar con grandes pretensiones. «Comencé en el Orioko sin ningún afán de nada más que de enseñar y transmitir lo que sabía a los chavales del pueblo», ha contado.
Del Orioko dio el salto al Zarautz para coger al Liga Nacional Juvenil, también con el de Legorreta a su lado. Ahí fue cuando se dio cuenta de que debía de terminar el curso de entrenador si quería seguir aspirando a cotas mayores.
La gran oportunidad le llegó en 2011 cuando la Real, el equipo de su corazón, le volvió a llamar, esta vez para incorporarle a la estructura técnica de Zubieta. Le dieron los mandos del División de Honor Juvenil al que en abril de 2012 hizo campeón, antes de pasar a formar parte en 2013 del filial como segundo de Asier Santana. Y así siguió hasta que en noviembre de 2014 se convirtió en el técnico del Sanse.
Allí comenzó a moldear a algunos de los que más tarde serían futbolistas suyos en el primer equipo y empezó a mostrar también pinceladas del entrenador exitoso en el que se convertiría en el primer equipo. Quienes seguían al filial destacaban la intensidad de sus equipos, sus variantes tácticas y su carácter y su mano dura cuando era preciso, como el día que sustituyó a un errático Robin Le Normand en el descanso de un derbi ante el Real Unión.
Apasionado del deporte, Imanol sacaba tiempo para entrenar y participar en seis Behobia-San Sebastián, logrando una marca de 1h:14 minutos en 2008, su mejor registro ya que en 2009, el año que mejor se estaba preparando, «empecé a tener problemas de rodilla». Ese handicap le encaminó al ciclismo, una actividad que había practicado mucho de niño y que le llevaría a participar en la Quebrantahuesos y la Treparriscos, logrando en esta última prueba en 2017 el puesto 35 de 12.199 participantes.
Apenas nueve meses después, en marzo de 2018, Imanol fue la solución de la casa para hacerse cargo del primer equipo tras la destitución de Eusebio Sacristán y lo hizo con la humildad que le caracteriza. «Debo sacar el máximo de estos jugadores, así como de mí mismo como entrenador», dijo en su presentación, consciente de que iba a dirigir al primer equipo en los nueve partidos que restaban para luego regresar al filial. «Soy un hombre de club y me debo al club».
Y así fue. Tras cumplir con su misión volvió al Z7, aunque sólo cuatro meses después fue reclamado nuevamente para sustituir a Asier Garitano e iniciar en el Santiago Bernabéu una aventura que no sabía hasta dónde le llevaría y a la que pondrá fin en junio en el mismo escenario tras unos meses de incertidumbre que han tenido en vilo a una afición que le ha idolatrado porque si algo ha conseguido Imanol es hacer sentir al realzale que era él quien estaba al mando de su equipo. Lo dijo una vez Iñaki Gabilondo: «A mí me gusta mucho que nuestro entrenador sea así. Es como si fuésemos nosotros el entrenador, como si la afición estuviese representada en el vestuario por un señor que es nosotros, encargado por nosotros para tomar las decisiones». Así que, de alguna forma, un poco de nosotros se va con Imanol.
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Elisa Belauntzaran e Izania Ollo | San Sebastián
Miguel González | San Sebastián y Oihana Huércanos Pizarro
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