
Se acaba la temporada con más partidos en la historia de la Real. Uno, dos, tres cuatro, cinco, seis... así hasta 57, la cantidad ... de partidos que disputará el equipo con el de hoy. Fin a la temporada infinita. La que parecía que no tenía intención de acabar nunca. Nunca antes en la historia del club se había alcanzado tal cantidad de partidos. Hoy se da por finalizada esa travesía. Esta tarde el Santiago Bernabéu cerrará una era, principalmente exitosa, pero que concluye demasiado fatigada. 57 partidos.
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La Real se debe a su escudo y a su afición. No hay nada en juego. Europa no es una opción. No es el Metropolitano el 19 de julio de 2020, ni El Sadar el 22 de mayo de 2021. Pero el escenario obliga. El Real Madrid siempre exige, por mucho que tampoco hayan ido las cosas como deseaban por Concha Espina.
La Real regresa al estadio donde empezó a despedir la temporada. El 1 de abril, en aquella vuelta de semifinales de Copa, el equipo de Imanol brindó su última actuación memorable. Después han venido más de media docena de compromisos, pero en ninguno de ellos volvió a verse a la misma Real que tocó con los dedos la final de La Cartuja.
El Santiago Bernabéu, como templo para el recuerdo de la etapa de Imanol. Desde su redebut con victoria un día de Reyes de 2019, pasando por la eliminatoria de cuartos de Copa en 2020, hasta llegar a la agónica eliminación del pasado mes.
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La Liga se acaba. El curso se termina. La Real de Imanol llega a su fin. Ya nada volverá a ser lo mismo a partir de mañana. El técnico será historia. No será el único de la plantilla que defenderá hoy por última vez el escudo de la Real. Se esperan más despedidas. También de importantes en la plantilla.
No hay nada en juego, aparentemente, aunque siempre lo hay. La Real no puede regresar de Madrid como lo hizo precisamente hace dos semanas tras visitar el Metropolitano. Puede perder, y más en un escenario como el de hoy, pero no se puede permitir repetir semejante actuación. No lo merece la afición, pero tampoco el propio equipo ni Imanol.
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Termina la Liga, la competición de la regularidad que más ha puesto en evidencia las debilidades de la Real en este curso. El conjunto blanquiazul se había caracterizado en estos seis años por mostrar su versión más fiable en este torneo. Siempre en Europa, siempre entre los seis primeros clasificados de la tabla. Ahora cobra aún más relevancia lo conseguido por los chicos de Imanol durante cinco temporadas consecutivas. Algún día tenía que suceder, algún día tenía que flojear y lo que nadie quería ha terminado por ocurrir.
La Real viaja por última vez con Imanol. No todos los jugadores le acompañarán. Aguerd, Becker y Óskarsson se quedan en casa por lesión. El oriotarra recupera a Aihen, sancionado la pasada jornada ante el Girona, Marín y Zakharyan sufren ligeras molestias, y vuelve a llamar a Mariezkurrena, autor del tanto de la victoria en su despedida de Anoeta. Siempre Zubieta.
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El preparador blanquiazul pondrá en liza su último once que se espera que sea muy reconocible. Que no se guarde nada. Así, podría formar con una alineación compuesta por Remiro en portería, Aramburu, Zubeldia, Jon Martín y Aihen en defensa, Zubimendi, Sucic y Brais Méndez en el centro del campo y Kubo, Barrenetxea y Oyarzabal arriba. Un once que no difiere demasiado del que presentó aquel día que estuvo tan cerca de dar la campanada ante el mismo rival de hoy.
Imanol se despedirá de la Real y Ancelotti y Modric del Real Madrid. El conjunto blanco cierra la Liga, que no la temporada, porque aún deberá afrontar el Mundial de Clubes a partir del 15 de junio. Se mide al conjunto blanquiazul sin ocho jugadores de peso en la plantilla que se encuentran lesionados o bajo sanción. Son Camavinga, Mendy, Carvajal, Alaba, Rüdiger, Endrick, Rodrygo y Bellingham. Casi nada.
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Eso sí, el técnico italiano recupera para su último baile a Vinicius y a Brahim. No importa el once que presente, que seguro que será competitivo. No está el ambiente en Chamartín para un final amargo. Además, Mbappé busca la bota de oro. El francés, insaciable, buscará ser el máximo goleador europeo. Es el único consuelo que le queda al gran fichaje blanco de la temporada. Es el último capítulo para cerrar una temporada infinita.
La Real ha arrancado la última jornada en la undécima posición. No tiene opciones europeas, pero aún puede ganar un puesto o perderlo, en función de sus resultados y el de los rivales. En lo deportivo no hay diferencia entre quedar décimo o decimosegundo, pero sí en lo económico, ya que el reparto de dinero de LaLiga por los derechos de televisión se distribuye al 25% en función de la clasificación final. Así, de terminar undécimo recibiría 8,6 millones de euros, mientras que si asciende al décimo se llevaría 9,4 millones. En cambio, si pierde un puesto finalmente percibiría 7,7 millones de euros.
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