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El Sanse de Xabi Alonso no se puede comparar con el Bayern de Múnich ni el Manchester City. Hasta ahí, todo ... en orden. El tolosarra tampoco es Pep Guardiola. Eso tampoco hay quien lo discuta. Como tampoco hay quien ponga en duda el gran momento que atraviesa la factoría de Zubieta en la actualidad. Si la Real Sociedad se acaba de proclamar campeona de Copa y va camino de clasificarse por segunda temporada consecutiva para competición europea, el filial txuri-urdin no le va a la zaga. El segundo equipo blanquiazul se ha clasificado en primera posición para competir el próximo curso en la Primera RFEF y todavía mantiene intactas sus opciones de subir a Segunda División.
Es un hecho que los números avalan al cuadro dirigido por Alonso. Pero más aún la cantidad de jugadores que se asoman a la dinámica del primer equipo. Ayesa, Arambarri, Pacheco, Robert Navarro, Lobete, Urko González de Zarate, Beñat Turrientes, Olasagasti o Blasco son algunos de los potrillos que ya saben lo que es entrenar a las órdenes de Imanol Alguacil, incluso muchos de ellos han experimentado lo que es jugar un partido con los mayores. Zubimendi ha sido el último diamante de la cantera guipuzcoana en asentarse en el once titular de la Real y Roberto López, a pesar de haber perdido protagonismo en los últimos meses, vuelve a contar con minutos en el once de Imanol. Hace un año estos dos jugadores seguían fogueándose en Segunda B.
Xabi Alonso ha sabido recomponer su plantilla frente a estas dos sensibles pérdidas y ha confeccionado un equipo enormemente combativo. La primera temporada del técnico tolosarra al frente del filial txuri-urdin fue notable. Tan solo la interrupción de la competición por culpa de la pandemia evitó que el Sanse se colara entre los cuatro primeros de la tabla. En esta segunda campaña, Alonso ha conseguido implantar mejor aún si cabe sus conceptos tácticos entre los jugadores. El Sanse cuenta con una riqueza táctica inusual para la categoría en la que milita y además ha crecido en el apartado competitivo de manera evidente.
No es para menos. Durante su carrera futbolística, Xabi Alonso ha sido dirigido por algunos de los mejores entrenadores del planeta. Rafa Benítez, Luis Aragonés, Vicente del Bosque, José Mourinho, Carlo Ancelotti, Pep Guardiola... Todos ellos, a través de sus diversos perfiles, han ayudado a confeccionar el incipiente libro de estilo del míster guipuzcoano. De hecho, Alonso ya aplica con los canteranos blanquiazules uno de los recursos tácticos más llamativos en el fútbol actual.
El tolosarra se ha fijado en Guardiola, uno de sus últimos preparadores antes de colgar las botas en el Bayern de Múnich, para emplear en el Sanse una variante ofensiva rompedora, más común de ver en los encuentros de alto vuelo que un duelo de la categoría de bronce. Se trata de una solución táctica ofensiva que se activa en la iniciación de juego blanquiazul, principalmente en campo propio. En el momento en el que la Real B comienza la construcción o recupera el balón cerca de su área, el lateral derecho, en este caso Álex Petxarroman, abandona el costado diestro y se desplaza a posiciones interiores para actuar como pivote y poder ayudar así en la elaboración inicial.
De esta manera, el dibujo del equipo muta de un 4-2-3-1 en fase defensiva, a un 3-2-4-1 en fase ofensiva. Así, el Sanse pierde un efectivo en la línea defensiva, pero suma una pieza más en el centro del campo con la que poder crear superioridad en la zona ancha. Petxarroman, habitualmente con Urko González de Zarate u Olasagasti, acaba por formar un doble pivote que facilita la salida de balón desde atrás, lo que posibilita a su vez que Turrientes y Aldasoro, otros de los dos futbolistas que más actúan por dentro se sitúen en alturas más avanzadas y la medular se tiña completamente de azul y blanco. En este escenario, los extremos a los que les toque jugar, Ekaitz Jiménez, Robert Navarro, Xeber Alkain o Ander Martín, abren el campo todo lo posible.
En la imagen superior se aprecia la formación que presentó Alonso en el choque frente al Portugalete el pasado 14 de marzo que terminó con victoria local por dos goles a cero. La alineación muestra el posicionamiento de los jugadores en fase defensiva.
En la imagen que antecede a estas líneas se puede comprobar el comportamiento posicional de los jugadores del Sanse durante el mismo partido contra el Portugalete, pero en situación de posesión del esférico. Petxarroman se ha desplazado ya hacia el pivote y la línea defensiva cuenta con un efectivo menos.
El propio Xabi Alonso ha sido cuestionado en alguna ocasión por el rol de Petxarroman sobre el terreno de juego y ha explicado que con este concepto «buscamos tener riqueza, no ser previsibles, saber crear dificultades y manejar el balón». Para Alonso, «son los jugadores los que tienen que interpretar» las situaciones que se generan durante los 90 minutos, ya que considera que tiene a su cargo a «gente de 18-21 años que todavía está en la fase de corregir errores y reforzar aciertos». El tolosarra es consciente de que la Segunda División B es «una categoría muy competida que sirve para probar cosas».
Es Pep Guardiola quien llevó esta variante táctica al primer plano hace algunas temporadas durante su estancia en Alemania. El técnico catalán sigue haciendo uso de este método en Inglaterra y todavía hay quien le pregunta sobre ello. El último fue el exfutbolista británico Gary Lineker en un programa de televisión. El entrenador de Santpedor explicó que esta herramienta la ideó en Alemania. «Cuando perdíamos el balón nos mataban al contraataque. La principal razón es tener más jugadores en el centro del campo, para asegurar el control y los pases», reconoció. Guardiola, ahora en el City, emplea a Cancelo o Zinchenko como comodines entre el centro del campo y el lateral, y ite que «no todos los laterales tienen las condiciones para hacerlo».
En el libro 'Herr Pep', de Martí Perarnau, Guardiola profundiza más aún en este concepto. «Lo ideal es tener al central abierto, al lateral por dentro y al extremo abierto para pasarle directamente a él. Si el pase sale bien has logrado saltar todo el centro del campo enemigo; si pierdes el balón, tu lateral puede correr el espacio inmediatamente. Se trata de modificar con tu comportamiento los planes de presión del rival. Nuestro lateral se va hacia dentro y arrastra al extremo rival; si este no le sigue, entonces ya tienes un hombre libre; si quien va a cubrirle es el mediocentro, entonces nuestro interior quedará libre. Y así todo el rato».
Petxarroman es el hombre de confianza de Alonso a la hora de llevar a cabo esta maniobra. Como justifica Guardiola, no todos los laterales poseen las condiciones idóneas para hacerlo.
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