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BEGOÑADEL TESO
Miércoles, 1 de septiembre 2021, 10:41
Mañana se vuelve a México. Desde Añorga. Con Katixa, su hija. Le espera su pareja, Faisy, ídolo de la TV y la radio aztecas. El ... hombre que le pidió matrimonio en Alderdi Eder el 1 de enero de 2019. Iratxe, que ha sido, hasta ayer, solista de la Compañía Nacional de Danza de México, es hija de José Francisco Javier y de Paquita. Hermana de Sergio. Exalumna de la academia Anaiak. Del Conservatorio. De Peter Brown y Águeda Sarasua. Medalla de Bellas Artes, México.
– Dice que solo se morirá cuando lo haga Su Graciosa Majestad. Nacieron el mismo día.
– ¿Quién dice eso?
– Tu maestro. Y el de Alicia Amatriain, por citar a otra grande. Él, Peter Brown, Medalla al Mérito Ciudadano.
– Brindemos por él. Por todos. Aquí. En esta terraza. En la Bella Easo. ¿Qué estamos tomando?
– Un 'maraca'; café frío preparado en coctelera con rodaja de limón. Servido en copa pequeña. Por cierto, en Añorga, aparte de la hija de Paquita y José Francisco Javier, serás, seguro...
– 'La mexicana'. Así me dicen acá. Y allá resulta que soy 'La vasca'. En algunas fichas aparezco como de 'raza caucásica' (¡qué risa!) en otras afirman que soy Géminis. Pero para nada. Nací un 21 de mayo así que yo pongo el broche a Tauro. He sido Giselle. He bailado el 'Por vos muero' de Duato. Pero ¡cuánto amo al Cisne Negro de 'El lago de los cisnes'!
– Los personajes cuajados en la maldad siempre resultan atractivos... ¿Cómo ha de bailarse a Odile, la hija del brujo Rothbart?
– Pues con total derroche de personalidad. Por supuesto que la técnica, la bella y férrea técnica, se me (nos) supone. Pero es un personaje muy 'interpretativo'. Debes hacerlo tuyo en un punto perfecto de seducción, engaño y frialdad. Al fin y al cabo, quiero engañar al príncipe para hacer desgraciada a Odette. Tienes que salir al escenario con el cuerpo para adelante, encarándote con el público. Si vacilas, pierdes.
– Lo cuentas tan hermoso... ¿De verdad que no lo echas en falta? ¿No sientes nostágia de 'Don Quijote' o '¿El cascanueces'?
– He bailado mucho clásico. Estuve en el Ballet de Euskadi. Cuando busqué otra compañía les resultaba demasiado pequeña...
– ¿¿¿!!!
– 1,58 y medio. En clásico, mínimo mínimo, 1,60. Y si es 1,64, fantástico. Pasar pasó que en 1996 la Compañía Nacional de Danza de México participó en el festival Le Temps d'Aimer la Danse de Biarritz. Llamé a la puerta. Estaban completos. Les pedí que me vieran bailar. En una clase. Hasta hoy. Pero mi tiempo de bailarina clásica se ha cumplido. Con un solo dolor: por culpa de la pandemia y como les ha pasado a otras muchas bailarinas (y bailarines) de todo el mundo (y también a futbolistas) no me he podido retirar de clásica en un escenario, ante el público. Con el público. De mis compañeros, sí... Pero por zoom. Yo lo hubiese dado todo por salir una vez más a bailar en el Centro Cultural Teatro 2, gloria de la escena mexicana.
– Marcas mucho que lo que ha acabado es tu tiempo de bailarina clásica. Se diría que de otras formas de baile ni te has ido ni te irás. Pero dinos, ¿es el cuerpo quién te pasó el aviso de que ese tiempo se había cumplido?
– No, el cuerpo no. El cuerpo a los 43 está en forma. Es una sensación más íntima, un sentimiento interior. Algo te dice, aunque que grandes amigos como el maestro Cuauhtémoc Nájera y la señora tremenda que es Elisa Carrillo no estén de acuerdo, que tu tiempo de puntas y tutú ya pasó.
– Así que ¿por qué no calzarse las 'zapas', los tenis, soltarse el pelo y formar en el 'ensemble', en el cuerpo de baile de un musical que arrasa, 'Hoy no me puedo levantar'? Mecano a tope.
– No sabes lo que me costó, lo difícil que fue. Primero pasé la correspondiente audición...
– ¿Tú, Primera Solista en México y Pemio Trayectoria Artística de Gipuzkoa 2008, pasando un casting para bailar en un musical?
– Ajá. Te diré que valoro mucho las audiciones. Te diré también que lo hice por respeto a todas las compañeras que se presentaban. Y también, claro, para que no hubiese suspicacias y nadie pudiera decir que había cogido el teléfono y pedido bailar. Aparte de que no te creas, lo hice bien pero quienes me 'examinaron' no las tenían todas consigo.
– ¿En serio? ¿Por?
– Me comentaron, y con razón, que les resultaba 'demasiado clásica'. Les contesté que me dieran tiempo y lo lograría. Me costó. Así que hoy, tras llenazos continuos y con otro musical en perspectiva, me siento muy realizada.
– Por el titular intuyo que te dirían en los ensayos 'no apuntes los pies, no abras posiciones'...
– 'Sé terrenal' me gritaban. Y es que, quieras que no, las bailarinas de clásico somos muy altivas y tuve que aprender a ir 'hacia abajo', tocar tierra. En ballet no hay oportunidad ninguna para la improvisación. Todo está medido, pautado. En el musical has de ser extrovertida, lanzada, callejera. ¿Tú sabes lo difícil que es bajarte de las puntas y bailar con botas, con zapatillas de deporte? ¿Aprender a bailar con el pelo suelto? ¡Por Dios! Siento que me he 'rehecho' como bailarina. Y soy muy feliz. Entre otras cosas, porque tras 20 meses he podido volver a Añorga. Brindemos.
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