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Oskar Ortiz de Guinea
San Sebastián
Miércoles, 10 de julio 2024, 15:58
Con «unas 300 personas» viviendo «en situación de pobreza y exclusión extrema» en Donostia, bien «sobreviviendo en la calle o, con suerte, en infraviviendas sin ... luz ni agua» y con poca o ninguna «posibilidad de higiene», los colectivos Kaleko Afari Solidarioak (KAS) y la Red de Acogida Ciudadana (HHS, Hiritarron, Harrera Sarea) han reclamado este mediodía «al Ayuntamiento y a la Diputación de Gipuzkoa» que inviertan «más dinero en recursos para las personas desamparadas», que observan «van en aumento» en la ciudad. En una comparecencia en la plaza de la Constitución a la que se han adherido veinte organizaciones más –como SOS Arrazakeria, Aita Mari, Ongi Etorri Errefuxiatuak, LAB o colectivos ciudadanos de Parte Vieja, Martutene y Egia–, han recordado que «desde hace más de tres años» reparten «más de 200 cenas calientes todos los días» en tres puntos de la ciudad (Amara, Egia y Parte Vieja), una cifra que «va a más».
Los colectivos, para los que han ejercido como portavoces Garazi Montuschi e Ixiar Gonzalez, critican que los recursos municipales resultan «escasos» para atender las necesidades. «Dentro del capítulo de las prestaciones de alimentación que tiene el Ayuntamiento», citan a Otorduak, que es «un vale para que las personas puedan comer en bares de la ciudad con capacidad de 65 plazas y una lista de espera de más de 200 personas».
En este sentido, exponen el ejemplo del Ayuntamiento de Vitoria, que «ha invertido un millón de euros» en un comedor social (Bidelan) «con 60 plazas en dos turnos, es decir, 120 comidas y 120 cenas» más «desayunos para llevar», al tiempo que organizará en el mismo espacio «cursos de inserción sociolaboral».
Sobre la oferta en Donostia para «poder tener un mínimo higiene, algunas personas alcanzan a un ticket para poder ducharse una vez a la semana y poder poner una lavadora una vez al mes, pero la demanda es tan grande, que a mitad de semana ya se han terminado todos».
Asimismo, se refieren a la situación del albergue municipal, que «ofrece cinco noches cada tres meses, está siempre completo y para entrar muchas veces hay que dormir fuera toda la noche hasta conseguir un sitio a la mañana siguiente».
Finalmente, aseguran que el Servicio Municipal de Urgencia (SMUS), que entre otras cosas es donde hay que ir para poder empadronarte, «está totalmente desbordado. Hay mucha gente esperando fuera, es complicado acceder a una cita, cuando se consigue apenas atienden por 15 minutos y ha ido recortando y eliminando los pocos recursos que daba como es el apoyo para conseguir documentación, necesaria a su vez para conseguir el empadronamiento».
Sobre el perfil de las personas en situación de pobreza extrema, observan que «la mayoría» son «jóvenes migrados del norte de África» que vivirían «en total inseguridad y sin tener garantizada siquiera una comida diaria», pero «cada vez son más las personas obligadas a pernoctar en la calle, entre ellas también mujeres y familias» a las cuales, según denunciarion «tampoco el SMUS ofrece ninguna cobertura».
Finalmente, denuncian «un aumento desmedido de la presión policial» tanto «sobre las personas que ocupan calle e infraviviendas como sobre las personas que acompañamos a estos procesos». En este sentido, han apuntado el «ejemplo del caso grabado (en vídeo) de un agente de la Policía Muncipal que hace aproximadamente dos meses agredió físicamente y después denunció» a un voluntario de KAS, que habría sido «sacado a la fuerza del lugar donde dormía».
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