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Un día después del incendio desatado en la cocina del bar Zumeltzegi de la Parte Vieja donostiarra, que se saldó con dos trabajadores hospitalizados ... por inhalación de humo y seis familias desalojadas, los vecinos continuaban con el susto metido en el cuerpo. «Tuvimos que salir corriendo con los dos niños en brazos, pero nuestro perro se quedó dentro y ha muerto», declaraba una mujer a escasos metros de su portal, donde pasadas 24 horas del suceso todavía se apreciaba un fuerte olor a humo. «Estamos con mucha pena porque al principio no pensábamos que fuera para tanto», añadía esta propietaria del 4º derecha, madre de una niña de 3 años y un bebé nacido hace apenas un mes.
Sin noticias del estado en el que habían quedado sus casas, el sentir general entre todos los residentes del número 15 de la calle Fermín Calbetón era de tristeza y de absoluta decepción. Los rostros lo decían todo. Estaban a la espera de recibir una llamada del Ayuntamiento que les aportara algún tipo de información. Buena o mala, para ellos lo más importante era estar al corriente de la situación. Esa llamada llegó a media mañana, aunque quizá no con el mensaje deseado por parte de los perjudicados, que soñaban con poder regresar a sus hogares.
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«Al principio nos dijeron como que entre este miércoles y el jueves podríamos volver, pero después nos citaron a todos a las doce para recoger ropa y otros enseres de primera necesidad, así que supongo que la cosa va para largo», lamentaba Merche Pérez en declaraciones a este periódico. Acompañada por su padre, esta mujer que apenas lleva dos meses viviendo en ese bloque recuerda que tuvo que irse con lo puesto. «Me pilló en la calle y solo llevaba encima las llaves y el móvil», añadía, «así que no pude coger nada y hoy –por este martes– he venido con una maleta y una bolsa grande para llevarme lo máximo posible. Sobre todo la ropa del trabajo», decía.
En su caso, pese a la incertidumbre que supone no saber cuándo podrá recobrar la normalidad, se denotaba algo de tranquilidad. «Mi gato estaba en casa y los bomberos lo pudieron rescatar con vida», relataba Pérez esbozando una pequeña sonrisa.
Aunque las viviendas más afectadas por las llamas fueron el 3º y 4º izquierda, hay vecinos como Pedro, del 3º derecha, que daban gracias a la vida porque su mujer, con una insuficiencia respiratoria, había conseguido abandonar su casa sin demasiados problemas. «No lo tuvo fácil porque había mucho humo, pero lo logró. Y menos mal, porque sino habría sido un drama», confesaba visiblemente emocionado.
El hecho de que el fuego de este lunes suponga el quinto en la Parte Vieja de Donostia desde el pasado mes de octubre tiene «hartos» a buena parte de sus vecinos. «Pedimos que se tomen medidas urgentes porque no es la primera vez que ocurre algo similar y no puede ser», criticaban. Por su parte, Luis Zabala, suboficial de Bomberos de Donostia, recordó que «no se va a poder realojar a la gente hasta que no se repare la escalera del primer rellano (completamente calcinada) y alguna viga». Según él, «la vuelta de los vecinos estará marcada por el tiempo que lleven los arreglos».
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