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La segunda fase de la bulevarización de la travesía de Añorga despierta del sueño de los justos en el que lleva sumida desde la pandemia. ... La Junta de Gobierno Local ha aprobado el expediente para licitar las obras correspondientes a los nuevos itinerarios peatonales y ciclistas entre las rotondas de Rezola y Lore Toki, junto a Errekalde. Los trabajos comenzarán en otoño y durarán cuatro meses, con un presupuesto de 790.000 euros.
Según explica el concejal de Proyectos Urbanos, Juantxo Marrero, con esta actuación se pretende atender las demandas ciudadanas recogidas en el proceso participativo iniciado en 2010, renovar las infraestructuras municipales afectadas (abastecimiento, saneamiento, alumbrado...) y urbanizar la superficie mediante la creación de aceras de tránsito de personas, un bidegorri en continuación del ya existente y amplias zonas ajardinadas. A su vez, también se respeta el paso de vehículos «sin interferir demasiado en su trayectoria», detalla el delegado del PSE, quien avanza que «en definitiva, se plantea la ejecución de la solución definitiva, con la intención de hacerlo en dos etapas», siendo la segunda de ellas la centrada «únicamente» en la calzada.
Hay que recordar que en 2021 se acometió una intervención menor en este ámbito, ya que parte del dinero reservado para la segunda fase de la bulevarización de Añorga se había utilizado en otras necesidades más urgentes surgidas a raíz de la crisis sociosanitaria. A pesar de que se alcanzaron los objetivos principales de reducir el tráfico rodado «de forma sustancial» –gracias a la eliminación de carriles y la creación de un nuevo paso semaforizado– y de generar un itinerario ciclista y peatonal «seguro y continuo», la solución provisional adoptada no convenció a los vecinos.
Las quejas al Ayuntamiento fueron generalizadas, ya que el resultado no solo no era el prometido, sino que la diferencia de aspecto con la primera fase –realizada entre las rotondas de Añorga Txiki y Rezola e inaugurada en 2016– parecía evidente.
En lo que cabría llamar fase 2.1, se parte de una situación actual con dos carriles de circulación –uno para cada sentido–, una hilera de aparcamientos en línea y espacios peatonales marcados con señalización y barreras de hormigón sobre el aglomerado de los antiguos viales.
Según se recoge en la memoria constructiva, a la que ha tenido DV, se mantendrá el paso de cebra semaforizado para seguir con el criterio de reducción del tráfico rodado. Y se añade un paso de peatones nuevo en el otro extremo de los aparcamientos para dar desde los mismos hacia Añorga.
Visto el uso que se le ha dado a la línea de aparcamientos existentes, se ha optado por convertir estas plazas en parking en batería inclinada, aprovechando el espacio que quedaba libre junto a las vías del Topo. La batería inclinada permite incluir mas plazas, pasando de 39 a 79, y las maniobras no entorpecerán «demasiado» la circulación. También se aprovechará el espacio ganado a la calzada para crear una vía ciclista, un paseo peatonal, zonas ajardinadas y la ampliación de la zona urbana en general, de manera que se consiga la ansiada integración de la GI-21 en el barrio de Añorga.
Estas actuaciones se basan en criterios técnicos definidos en la memoria. Junto al jardín de la zona este (lado de la fábrica de cementos) se situará la acera, de entre 2,50 y 5,30 metros de anchura, y junto a ella el bidegorri, de 2,50 metros de ancho en aglomerado negro. Peatones y ciclistas quedarán separados entre sí por un bordillo de jardín rehundido. En el espacio libre después de la acera se creará otra zona ajardinada para llenar el espacio restante.
En el otro margen de la calzada se generará la hilera de aparcamientos en batería inclinada de 2,50 metros de anchura y de longitud mínima de 5,60 metros en perpendicular, dejando un espacio mínimo de 5 metros para cada vehículo. Para dar continuidad a los peatones, junto a los aparcamientos se crea una acera de 1,50 metros de anchura y se cerrará el espacio con una zona ajardinada.
La segunda fase de la bulevarización de la travesía de Añorga se abordará en dos etapas, siendo la segunda de ellas la correspondiente a la calzada, que se ejecutará «más adelante», sin fecha concreta.
El concejal de Proyectos Urbanos, Juantxo Marrero, detalla que se mantendrán los dos carriles actuales para el tráfico rodado –uno para cada sentido–, aunque sin isleta intermedia. La futura calzada tendrá 7 metros de anchura con una mediana de 60 centímetros en aglomerado marcada únicamente con pintura. Al este de la carretera se creará una zona ajardinada de aproximadamente 3 metros de anchura con arbolado.
Cerca de la rotonda de Errekalde, junto a la yeguada militar de Lore Toki, hay una parada de autobús que deberá ser «mínimamente» desplazada de su ubicación actual para integrarla en el nuevo diseño.
El delegado del PSE explica que, «por cuestiones constructivas y económicas», la solución adoptada en el proyecto de nuevos itinerarios ciclistas y peatonales entre las glorietas de Rezola y Errekalde –que sale ahora a concurso y se empezará a ejecutar partir del otoño– «es compatible con el estado actual de la sección transversal y es igualmente compatible con el estado futuro de la segunda fase de la travesía de Añorga, por lo que gran parte de las obras serán ya definitivas». Así, la segunda etapa a acometer en el futuro, incluye solo la intervención en la calzada.
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