Gastarse entre los 250.000 euros que cuesta el modelo más barato de Lamborghini, el exclusivo todocamino Urus, y el más de medio millón por ... el que sale el más caro, el súper deportivo Revuelto, puede ser una buena inversión. La mítica marca italiana mantiene una producción tan cuidada como limitada, de manera que los clientes se pasan alrededor de un año y medio en lista de espera hasta que por fin reciben sus exclusivos vehículos. Quien quiera hacerse de inmediato con un Lamborghini sólo puede acudir al mercado del usado, cuyos precios resultan en ocasiones superiores al de los modelos nuevos. «Nuestros automóviles son siempre algo con lo que sueñas. El hecho de que tengas que esperarlo durante un tiempo hace que aumente el deseo. Pero es que también es un bien que conserva o aumenta su valor con el paso del tiempo», cuenta orgulloso Stephan Winkelmann, presidente y consejero delegado de la firma. Englobada dentro del Grupo Volkswagen, sacudido por una profunda crisis que le va a llevar a recortar en Alemania 35.000 empleos hasta 2030, Lamborghini atraviesa, en cambio, un momento dulce. Cerró el año pasado con cifras de récord: facturó más de 3.000 millones de euros al registrar un beneficio de 835 millones con la venta de 10.687 vehículos.
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104 de ellos fueron entregados en España y Portugal (la empresa ofrece datos conjuntos de la Península Ibérica), 20 más que en 2023. En nuestra nación la marca italiana fue puesta en la diana por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando dijo el pasado mes de septiembre que España será «un país mejor si tiene más automóviles eléctricos, por cierto fabricados en España, más autobuses públicos y por tanto más transporte público y menos Lamborghinis». Sin querer entrar en la polémica abierta por Sánchez, los responsables de la marca consideran el español un mercado «importante y con potencial de crecimiento» y cuentan con orgullo las buenas condiciones laborales que la marca ofrece a sus más de 3.000 trabajadores. De hecho, suele estar en los puestos más altos de las clasificaciones que certifican cuáles son los mejores empleadores de Italia. La empresa sorprendió, además, al implantar recientemente en algunos de sus turnos la semana de cuatro días laborales sin rebajar el sueldo. «Nuestro objetivo es dar a nuestros colaboradores la posibilidad de tener más de dos días libres seguidos. Siempre hemos dicho que hay que trabajar más cuando se está aquí, para poder tener así un poco más de tiempo libre. No debe cambiar el esfuerzo ni tampoco los resultados de la empresa», dice Winkelmann.
104 'lamborghinis'
se vendieron el pasado año en España y Portugal, una veintena más que en el ejercicio anterior.
El gran quebradero de cabeza para el presidente y consejero delegado de Lamborghini, como para tantos otros altos ejecutivos, viene ahora por la guerra comercial abierta por Donald Trump, que prevé aranceles de un 25% para la importación de vehículos fabricados fuera de Estados Unidos. La medida constituye una seria amenaza para la marca italiana, que tiene su cuartel general en Santa'Agata Bolognese, una localidad a las afueras de Bolonia en cuyas instalaciones se diseñan y manufacturan totalmente sus vehículos, desde la carrocería y el chasis, creado en fibra de carbono en alguno de sus modelos, hasta los potentísimos motores que 'rugen' de manera impactante. Lamborghini aún no ha tomado una decisión sobre cómo responder a la nueva política arancelaria de Estados Unidos, donde vende alrededor de una tercera parte de sus coches. «Naturalmente el mercado más importante es el americano y este año con los aranceles estamos haciendo análisis profundos para entender cómo responder a este nuevo desafío», responde Winkelmann cuando se le pregunta sobre esta espinosa cuestión.
Otro de los retos viene de la electrificación. En una muestra más de las dificultades que tiene el sector del automóvil para abandonar los motores de combustión, la marca italiana ha retrasado hasta finales de esta década su modelo totalmente eléctrico. Y continúa apostando por los motores híbridos que tan buenos resultados le están dando. «Afrontamos la electrificación en dos fases. La primera la comenzamos hace unos años y ha concluido con la hibridación de toda la gama, con todos nuestros vehículos que son híbridos enchufables», cuenta Winkelmann, aclarando que, a su juicio, resulta prematuro apostar de inmediato por una segunda fase en la que se abandone el motor térmico. «Hemos visto que la línea de aceptación del eléctrico total se está moviendo, por lo que para nosotros es importante llegar en el momento justo. Por eso hemos retrasado un año el lanzamiento de nuestro modelo totalmente eléctrico hasta el final de esta década. Será un modelo añadido, el cuarto modelo de Lamborghini». Mantener las peculiares sensaciones de conducción de estos súper deportivos con un motor que no sea de combustión será el gran desafío para los ingenieros.
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250.000 euros
cuesta el modelo más barato de Lamborghini, el exclusivo todocamino Urus. El más caro, el súper deportivo Revuelto, sale por más de medio millón.
El desarrollo de la marca se sustenta en parte en su creciente aceptación entre las nuevas generaciones y entre las mujeres, aunque todavía sorprende a muchos encontrarse a una conductora al volante de un Lamborghini, una marca que luce un toro en su escudo y sigue eligiendo nombres de célebres astados para sus modelos. Aunque el porcentaje de compradoras femeninas está en un 6% de media, crece en todos los mercados y, en particular, en Corea, donde alcanza el 12%.
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