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El Departamento de Salud del Gobierno Vasco ha rechazado la recomendación del Ararteko de autorizar la derivación de una transexual donostiarra a un centro privado ... para ser intervenida quirúrgicamente de una vaginoplastia. La afectada, que en conversación con este periódico ha optado por no hacer declaraciones al estar el tema judicializado, lleva 21 meses en listas de espera de Osakidetza y no tiene una fecha estimada para ser operada. «La operación para el cambio de sexo no llega nunca, me siento desamparada», aseguraba a este periódico en agosto insistiendo en que para ella la vaginoplastia era «fundamental» para cerrar el proceso.
Según relata el Ararteko en una resolución publicada ayer, fue en junio de 2022 cuando la mujer ingresó en la lista de espera de cirugía programada no urgente del Hospital Universitario de Cruces para la realización de una reasignación genital tras el aprobado de su equipo médico. En septiembre de ese mismo año se sometió al examen preoperatorio y, al parecer, el cirujano jefe de la Unidad de Identidad de Género le adelantó que la intervención se efectuaría en mayo de 2023. Sin embargo, en abril la paciente aún desconocía la fecha exacta de su operación y presentó una reclamación ante el Servicio de Atención al Paciente y . La respuesta recibida fue que se estaba priorizando a los pacientes «con problemas graves, complejos y/o urgentes» en detrimento de otras programables, como es la suya.
Vista la situación, la interesada reiteró su queja a través del servicio de atención a la ciudadanía 'Zuzenean' y solicitó que se respetara la fecha que le adelantó el personal sanitario o, en su defecto, que fuera derivada a cualquier otro centro. Salud le respondió que se trata de una cirugía de alta complejidad y que no existen en el Estado otros centros acreditados por el Ministerio de Sanidad para su realización. Entonces solicitó su derivación a un centro privado ubicado en Cataluña, petición que fue denegada en dos ocasiones.
Esta situación de incertidumbre generó en ella un cuadro añadido de inestabilidad emocional derivado presuntamente de esa postergación de su intervención quirúrgica. Y es que transcurrido un año y medio desde que fuera incluida en la lista de espera aún no había sido operada y no disponía de una fecha estimada para ello. A juicio del Ararteko, la única vía de la que disponía la afectada para que se hiciera efectivo su derecho de atención sanitaria era la de ser derivada a otro centro financiándose con cargo a los presupuestos públicos. Y considera que la denegación podría constituir un supuesto de «discriminación».
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