Entre las 4:05h de esta madrugada y las 12:47h de mañana (10 de mayo), una sonda perdida en el espacio por la Unión Soviética hace más de 50 años, impactará contra nuestro planeta en un punto aún sin determinar. La cápsula Kosmos-482, una semiesfera de metal de un metro de diámetro y 495 kilos de masa, es muy posible que sobreviva a la reentrada terrestre, ya que fue diseñada para aterrizar en Venus, un planeta mucho más hostil que el nuestro, con temperaturas cercanas a los 500ºC y presiones de más de 80 atmósferas, el equivalente a bucear a mil metros bajo el agua.
Se estima que Kosmos-482 toque la tierra a una velocidad de unos 300 m/s y se introducirá en la atmósfera en cualquier latitud entre 52º N y 52º S. Esto cubre desde buena parte de Europa y América del Norte hasta la mayor parte de Sudamérica y África. Su supervivencia al golpear contra la Tierra es difícil de predecir, dependerá de la superficie. Un impacto sobre tierra firme haría añicos la cápsula y lo que se ponga por delante, pero queda la posibilidad de que caiga en el mar. Si su estanqueidad lo salvase, se podría llegar a recuperar una cápsula del tiempo, con la tecnología punta de la antigua URSS. Una pieza única de arqueología espacial.
En los años 60 y 70 la Unión Soviética estaba enfrentada a los EE UU en plena carrera espacial. Si bien los norteamericanos conquistaron la Luna, los soviéticos tenían como uno de sus objetivos principales la exploración de Venus. Los duelos entre las sondas Mariner (USA) y las Sputnik (URSS) por alcanzar el planeta se saldaron con la llegada de la sonda espacial Venera 3, un nuevo modelo de cápsula que se estrelló deliberadamente contra Venus en 1966.
Seis años después, una mejorada sonda, la Venera 8, se convirtió en la segunda en aterrizar en Venus y logró enviar datos científicos durante 50 minutos antes de perecer por las condiciones extremas del planeta. Este exitoso modelo tuvo un gemelo, una réplica lanzada cuatro días después llamado 'Venera-72 Nº621', el 31 de marzo de 1972. Este no llegó a Venus por un fallo en un temporizador y quedó condenada a dibujar una órbita terrestre. Las misiones de la URSS que fallaban se renombraban. Así, según una información de Anatoly Zak, la prensa oficial la bautizó 'Kosmos-482' sin explicar sus objetivos y a día de hoy la cápsula está a punto de caer en la Tierra.
Según sus conclusiones, la nave estaba compuesta por una etapa de crucero y un módulo de aterrizaje, pero poco después, el 28 de abril de 1972, los responsables toman la decisión de separar la parte más pesada de los módulos al observar que la reentrada a la Tierra era inevitable. Años después, en 1981, esta etapa de crucero soltada, se quemó en la atmósfera, mientras que el módulo de aterrizaje sigue en el espacio.
La sonda quedó atrapada en una órbita terrestre elíptica, que en su perigeo, el punto más cercano a nuestro planeta, pasaba a 200 km y a 9.800 km en su apogeo, en lo más alejado de la Tierra. En esta órbita extraña, al pasar cerca de la tierra se le iba restando velocidad, con lo que a través de los años se ha ido acercando inexorablemente hasta que su reingreso en la Tierra es un hecho.
Marco Langbroek es el astrónomo holandés que ha estudiado durante años el patrón de este objeto. Las actualizaciones de este arqueólogo de formación se van publicando en sus redes sociales y, según sus informes, se prevé que el impacto será a las 09:51h del 10 de mayo, pero el margen de error de 20,6h hace que la estimación de la ventana temporal para el golpe se amplíe desde el 9 de mayo a las 13:15h hasta el 11 de mayo a las 06:27h. La zona terrestre del impacto se acota a la franja central del planeta. De hecho, este objeto lleva siendo visible desde hace tiempo.
Además de la dureza extrema del módulo, se habla de su paracaídas, diseñado para frenar el descenso en la atmósfera de Venus, muy diferente a la terrestre donde se prevé que apenas tenga efecto de frenado. Además, el paracaídas depende de unas baterías que tras 50 años puede que no guarden energía suficiente como para poder desplegarlo. La bajada será incontrolada, sin sistemas de propulsión que hagan maniobrar la cápsula. Su reentrada dependerá únicamente de la física del rozamiento y de las condiciones atmosféricas. Si desde hoy al mediodía ven una bola que surca el cielo, crucen los dedos.
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