Eibar

521 participantes en la 24ª Vuelta a Eibar

Desde primera hora de la mañana, el ambiente era el de las grandes ocasiones. A las 7.00 horas, junto a la sede del Depor, se congregaron más de medio millar de personas, creando un animado ambiente montañero que marcó el inicio de una jornada inolvidable.

En total, fueron 521 las personas inscritas en esta edición, con una destacada participación de más de 100 montañeros llegados desde fuera de la localidad armera. La salida neutralizada llevó al grupo unido hasta el barrio de Olarreaga, donde se dio paso a la primera gran exigencia del día: la subida a Egoarbitza. Fue ese el punto de inflexión en el que los caminantes empezaron a hacer su propio camino a ritmo personal, siempre entre paisajes espectaculares y con el monte como protagonista.

La marcha, como es habitual, ofrecía dos recorridos: el completo, de 34 kilómetros de longitud, y la versión reducida, de 18,5 kilómetros. Un tercio de los participantes optó por el trazado largo, mientras que el resto eligió la opción más corta, con final en el barrio de Azitain. El tiempo, nublado pero agradable, ayudó a suavizar el esfuerzo físico de la jornada, permitiendo disfrutar al máximo de los caminos, cumbres y senderos que rodean la ciudad.

Los avituallamientos volvieron a ser uno de los puntos fuertes de la organización. En la txabola Gure Basetxea, en Goimendi, se ofreció el primero de ellos, y bajo el Santuario de Arrate se instaló el segundo. Como novedad, en Gure Basetxea se entregó a cada participante un vale canjeable en la Depor Taberna por un refrigerio, detalle muy bien acogido tras la caminata.

Al terminar la ruta, la plaza ubicada junto a la sede del Club Deportivo Eibar, en Toribio Etxebarria, se convirtió en el lugar perfecto para compartir sensaciones, descansar y reponer fuerzas con un buen plato de pasta y bebida, en un ambiente distendido y de celebración.

Desde el Club Deportivo Eibar se muestran muy satisfechos con el desarrollo de la jornada. «Lo más importante es que los participantes lo pasaron estupendamente, que era nuestro principal objetivo», destacan desde la organización.

También han querido agradecer especialmente la labor del equipo de voluntarios que hizo posible la marcha, con mención especial para los integrantes de Gure Basetxea, fundamentales en las tareas de preparación y apoyo logístico.

La Vuelta Montañera a Eibar ha vuelto a demostrar que es mucho más que una marcha: es una fiesta que une al deporte con la naturaleza y el compañerismo. Un encuentro que cada dos años une a la ciudad al rededor de su entorno natural y a una forma de vivir el monte que combina esfuerzo, respeto y disfrute compartido. Así, una vez más, Eibar caminó unida.