El párroco Pedro Laskurain presentó el acto sobre la parroquia. ECHALUCE

Eibar

La rehabilitación de la cubierta de la iglesia de San Andrés costará 2 millones de euros

Arquitectos y técnicos barajan un plan para desmontar toda la estructura de madera y rehabilitarla en tierra

Viernes, 29 de noviembre 2024, 19:18

Con un salón de actos de Portalea repletó de público, el alcalde, Jon Iraola, el párroco Pedro Laskurain, el arquitecto Aitor Zubia y el técnico ... José Benito Ayucar hdieron cuenta ayer en una reunión abierta de la situación, pieza a pieza, de la cubierta de la iglesia parroquial de San Andrés. Compuesta de vigas de madera, algunas quemadas, otras con hongos, termitas y otras sometidas a la humedad se mostraron los pasos que podrán llevarse a cabo para conseguir la reapertura del recinto religioso.

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Según el arquitecto Aitor Zubia, «se requiere llevar a cabo un proyecto similar como el realizado en la parroquia de San Pedro de Bergara, en el que sólo cabría, por razones de seguridad, el desmontaje de todo el conjunto estructural de madera que sostienen la cubierta, para su traslado a tierra y su posterior reparación, para su instalación, ya renovada, de nuevo, en lo alto».

Todos estos trabajos tendrán una duración de año y medio estando pendiente de «concretar» la financiación para llevar a cabo los trabajos, cifrados entre 1,5 y 2 millones de euros. «Está claro que tenemos que pedir apoyo desde las instituciones Ayuntamiento, Diputación, Gobierno Vasco, Gobierno central y ayudas de los fondos europeos, para afrontar los trabajos», dijo Zubia.

En primera instancia, se ha tratado de conocer el estado general que presentaba la parroquia, muy deteriorada con el paso del tiempo, con lo que se requiere la limpieza, recuperación, reposición, renovación y fijación del esqueleto de la estructura de madera, de diferentes épocas, que resume la evolución de la arquitectura religiosa vasca de los últimos siglos. «Para ello hay que desmontar todas las vigas arreglarlas con las técnicas tradicionales de carpintería y después subirlas de nuevo a su posición. Las pudriciones son puntuales también», explicó el arquitecto Zubia. Todo ello requiere un extremado cuidado por tratarse de un edificio patrimonial protegido en la categoría máxima especial que restringe y obliga a «mantener el entorno técnico de la época y todas sus características. Hemos localizado hasta 138 incidencias de deterioro con los que cuenta el entramado de vigas que sostienen la cubierta».

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Pasos realizados

El alcalde Jon Iraola dio cuenta de los trabajos realizados, como la reforma de la escalera al coro, realizados entre 2020 y 2021, con un coste de 135.000 euros. A ello, se le unió la renovación del órgano, con un gasto de 150.000 euros, sufragados por Ayuntamiento, Diputación, Gobierno Vasco y colectas.

Tras la caída de los nervios de la bóveda en enero de 2022 que supusieron el cierre del templo, se han realizado fotografías de gran calidad (los cinco cuerpos del retablo mayor, las claves, el órgano, los altares, las claves de la bóveda, los nervios, las columnas, etc.) que han servido a los técnicos para conocer el estado y afrontar el proyecto de ejecución, encargado a Zetabi, arquitectos expertos en restauración.

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Para este cometido, el Gobierno Vasco concedió 130.000 euros para el proyecto de ejecución. No obstante, ahora se requiere el paso crucial de conseguir «financiación interinstitucional» para poner en marcha unas obras con lo que a nadie pueda extrañar que se prolonguen hasta 2028, si todo va bien, no se pueda reabrir y celebrar las misas y conciertos que anteriormente tenían lugar. La iglesia, catalogada como monumento en la categoría de bien cultural, fue construida por la propia población y cuenta con una importancia patrimonial protegida.

A mediados del siglo XV era mucho más pequeña que ahora y estaba orientada hacia el este, justo en el lado contrario al de la actual orientación. En 1540 se realizó una gran obra en la que se instalaron cinco altares, el central dedicado al patrón de Eibar, San Andrés, «siendo la única que está direccionada hacia el oeste». La realización del retablo mayor se encomendó a Andrés de Araoz en 1558.

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