Los pioneros de la tele golfa

Cuando Pepe Navarro se atrevió a cruzar el Mississippi se mojó los pies, el culo y alguna vez se vio con el agua al cuello. Aquel programa irreverente, escandaloso, odiado, diferente... despejó definitivamente el camino por el que transitarían años después otros presentadores de la llamada 'hora golfa', la que se adentra en la madrugada, cuando se habla de cosas que no es conveniente que escuchen los niños, se baja a los infiernos televisivos y, de vez en cuando, alguno enseña el trasero.

El 'late night' es un género complicado, aplaudido por los trasnochadores y denostado por muchos críticos que jamás van a conceder que seamos capaces de hacer una copia decente de lo que hacen los americanos. Allí el 'late night' es una bandera, aquí se lo han cargado los directivos de las cadenas, que no quieren gastar un dinero que no van a recuperar. ¿Quién se va a atrever a invertir en un programa caro si Telecinco alarga hasta las dos de la madrugada 'Gran Hermano' con un coste casi cero? Los últimos que lo intentaron fueron Andreu Buenafuente y Berto, en La Sexta. 'En el aire' era un buen producto, aunque le faltaban los medios del 'late night' clásico. Ellos son muy talentosos y eran, con diferencia, la mejor opción pasada la medianoche, pero no pudieron levantar una audiencia que a veces no tiene razón.

Ya no tenemos 'late night'. Lo más parecido es la versión en 'prime time' que está ensayando 'El Hormiguero' (Antena 3). Animados por los buenos datos de audiencia que registran a diario, los días que hay Champions emiten una versión corta del programa de Pablo Motos, de once a doce, aproximadamente. Lo hicieron la semana pasada con la entrevista a Pablo Iglesias y les funcionó.

Javier Gurruchaga, Pepe Navarro y El Gran Wyoming, tres de los respresentantes del extinto 'late night' en España recordaban hace unos años en el libro 'Religión catódica' anécdotas de esa tele golfa que hacían para los que no tenían que madrugar.

Pepe Navarro ('Esta noche cruzamos el Mississippi', Telecinco, 1995-1997. 'La sonrisa del pelícano', Antena 3, 1997).

"'Esta noche cruzamos Mississippi' aportó cosas novedosas en aquel instante y la gente se quedó un poco espantada, era un programa que meaba fuera y todas las cosas las sacábamos de la calle. Elegimos ese título porque no queríamos engañar a nadie. Cruzar el Mississippi en el siglo XIX era ir a un lugar sin ley, del Mississippi hacia el este estaban los trece estados americanos donde ya había leyes, y si te adentrabas hacia el oeste, el salvaje oeste... Nunca debiste hacerlo porque te pegaban un tiro. Sacábamos a la gente de la calle, de las cloacas del asfalto. Personas que contaban lo que hacían para sobrevivir, como aquellos que se tiraban pedos uno contra otro. Y lo más tierno es que la madre de uno le acompañaba a la discoteca para hacer este espectáculo, conseguía el contrato para su hijo y de eso vivían. Hubo otro señor que contó cómo se hizo rico un día que pasó por una calle donde estaban las prostitutas y una le pidió que le trajera un bocata. Pues al día siguiente cogió un coche y se puso a venderles bocadillos. Luego se compró una furgoneta y así sacó su negocio. A eso, contado en un periódico, le puedes encontrar, incluso, el rollo social y bonito, pero en la televisión lo cuentas con toda su crudeza. Bueno, me metí en historias como la de Alcasser, y eso que yo creía firmemente en aquello. Hubo cosas en las que metimos la pata, pero nos atrevimos. Y aportábamos otras, como el humor, que no lo abandonamos nunca, y eso sí me apetecía. Manteníamos el equilibrio entre las cosas interesantes y las barbaridades, el humor...".

El Gran Wyoming ('La noche se mueve', Telemadrid 1992-1993. 'El peor programa de la semana', TVE, 1992-1993. 'La azotea de Wyoming', TVE, 2005).

"En América, los presentadores de estos programas se convierten en estrellas y el invitado sabe perfectamente lo que significa para él cada minuto que está en pantalla y los millones de personas que le están viendo. Por ejemplo, Madonna va allí con un 'show' preparado para no desperdiciar ni un momento, porque sabe que cada segundo le produce unos ingresos de millones de dólares. Y le dan una especie de café con sal y lo coge, lo bebe, lo escupe, hace la pamema, da gritos, salta... Tú eso mismo se lo das a un español y te suelta: «¡Pero qué me has dado, 'mecagüen' la puta!», y ahí se queda. El español va a que le entrevisten y, si quieres 'show', lo tienes que pactar y sube mucho el caché. Son actitudes distintas. (...) Lo fundamental es el invitado. En América se ríen de todo, todo el mundo vive para el 'show business'. ¡Es que hay quien ha perdido unas elecciones porque ha ido mal afeitado a un debate! La aspiración de todos los americanos es ésa. Son la mitomanía personificada. George Clooney sale y se esfuerza por estar ahí para agradar y la gente se vuelca con él. Aquí no te atreves a pedirle nada al invitado, allí les dices que se pongan en pelotas y lo hacen. No hay más que acordarse de Hugh Grant y su gira por los 'late nights' llorando en directo por lo de la mamada".

Javier Gurruchaga ('Viaje con nosotros', TVE, 1988)

"Entrábamos en una época en la que empezaban a abrirse muchas puertas que habían estado cerradas en televisión. 'Viaje con nosotros' fue pionero y creó polémica. Trajo más circo y más música. Pilar Miró me dijo: 'Haz lo que quieras, pero no te metas con el jefe del Estado, el terrorismo y el Ejército. En lo demás haz lo que te dé la gana'. Y creo que lo logramos con bastante ingenio, aunque alguna ampolla levantó. Tuvimos márgenes de libertad como jamás se han visto en este país en televisión. Tuve mucha suerte con ese programa y las cotas tan altas a nivel de autocaricatura que pudimos alcanzar".