Resurrección. Desde el cierre a lo grande de la saga de 'Los Vengadores', el universo cinematográfico de la Marvel iba de capa caída, tanto estirando ... malamente personajes tipo Ant-Man como intentando crear nuevos grupos de super-héroes, caso de las tediosas 'The Marvels' y 'Madame Web'. Así que alegra encontrarse con un reinicio que tiene enjundia, brío y personalidad.

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En realidad, la película con guion de Eric Pearson ('Viuda negra') y Joanna Calo (una de los libretistas de la serie 'The Bear') no hace nada que no se haya intentado antes, presentar a unos superhéroes disfuncionales forzados a trabajar juntos. Pero, en su caso, funciona. Será por el magnetismo de estos personajes mayormente desconocidos (aunque los soviéticos Yelena Belova y Alexei Shostakov/Guardián Rojo ya salieran en 'Viuda negra' y Walker haya asomado como Capitán América «de baratillo» en varias películas). El nuevo grupo conecta con el público porque son perdedores, imperfectos, golpeados por la vida, cansados, frustrados y hasta traumatizados. De hecho, hay pasajes de 'Thunderbolts*' casi sicoanalíticos, que sin embargo encajan bien entre la acción aparatosa y la irónica dinámica de grupo.

Los personajes, incluso los aparentemente más simples, tienen profundidad. Intriga el imprevisible Bob (Lewis Pullman), da pena el macho herido John Walker (Wyatt Russell), hasta la mala Valentina (Julia Louis Dreyfus) se sale de la villana al uso. Y, por supuesto, adoramos a Yelena Belova, personaje con muchas aristas encarnado por una Florence Pugh que siempre llena la pantalla.

Qué bien recuperar la sensación de un entretenimiento inteligente y humano, y conocer a estos «*nuevos vengadores» tan de nuestros tiempos en su necesidad de no sentirse solos ante el caos.

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