Una historia de soñadores

Pero lo importante nunca está en el qué sino en el cómo. Tal y como lo cuentan en 'Air', la operación empresarial se convierte en a) una vibrante historia de soñadores capaces de lanzar los dados al aire arriesgándolo todo; b) una galería de personas apasionadas por su trabajo enfrentándose dialécticamente entre sí; c) un filme que es quintaesencia de los años 80 (con exhaustiva aparición de cachivaches, mitos y canciones de entonces); d) un recuerdo de un histórico cambio dentro de la lógica capitalista de lo que tiene valor.

Lograr que los espectadores (incluso sabiendo el final) vibren y se emocionen ante la lucha de la entonces inferior división de zapatillas para basket de Nike frente a Converse y Adidas, es mucho lograr. El mérito es de la antigua pareja artística formada por Ben Affleck y Matt Damon, que inicia los trabajos de la productora que han creado, Artist Equity, con este título en el que Affleck demuestra la chispa que ya tuvo como director en 'Adiós pequeña, adiós' y 'Argo', y Damon, que es único a la hora de encarnar a personas de a pie que acaso acaben haciendo algo único.

'Air' es un entretenimiento para todos los públicos, pero también una historia sólida, bien planteada, contada con inteligencia y un cierto aire clásico. Gran parte de su fuerza estriba en una decisión acertadísima: el protagonista no es el mítico Michael Jordan (al actor que le encarna ni se le ve la cara) sino los primeros en adivinar su futuro, su fuerte madre (Viola Davis) y un terco asesor de marketing (Matt Damon).