Montana Burning

Cierto que no estamos ante 'La' película de esta cartelera nuestra, repleta, por otro lado, de grandes momentos fílmicos, pero es de una bravura y de una intensidad soberbias. Ningún trozo de celuloide que contenga un personaje como la esposa negra y embarazada del ayudante (blanco) del sheriff puede ser despedida y despedazada acusándola de contener «clichés cursis». Por Dios, esa mujer que cabalga, dispara y vende cara su vida y la de su hija nonata ante dos asesinos implacables, auténticos 'terminators' según definición de Carlos Boyero, sobresale como una vera verísima criatura del western contado con los modos del thriller (político) de esta segunda década del XXI.

Por supuesto que nos movemos en terrenos conocidos y reconocibles. Por supuesto que es de género. Y que, tal vez, abarca demasiados temas y a veces deja alguno demasiado atrás. Pero no importa, es un cacho de película vigorosa. Y feroz. Tanto que no me extraña que en el 'Guardian' hayan escrito que no está demasiado lejos de las maneras, completamente distintas, cierto, del 'No es país para viejos' de los Coen.

Sheridan (al que también reconocemos como guionista de 'Sicario') maneja con ímpetu el gran incendio y Angelina, tan magullada y con el alma hecha jirones, vuelve a ser por momentos Lara Croft. A veces, no se puede pedir nada más a cambio de una entrada.