Dado el carácter rutinario y poco imaginativo de la mayor parte del escaso cine familiar, puede que nos emocionemos cuando algo se sale de la ... gris media y nos excedamos al marcar esta película con cuatro puntos. Y cierto es que tiene algo menos de chispa que las dos anteriores entregas cinematográficas con el peluche aparecido en la estación londinense de Paddington con el cartel de «Por favor, cuiden de este oso». El cambio en la dirección (porque Paul King se dedicó a 'Wonka) y guion se notan ligeramente.

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Son matices. La buena noticia es que tenemos otra película encantadora y más que disfrutable, que tener en cuenta por quienes busquen cine ligero, amable y divertido, pero también digno e inteligente, que ver en familia. El osito sigue siendo irresistible y todos los personajes se hacen querer con sus defectos y virtudes a la vista. También las nuevas incorporaciones: Olivia Colman desmelenándose como monja en una ¡residencia para ositos ancianos! en Perú; Antonio Banderas de capitán de barco con la fiebre del oro (e interpretando a parte de su árbol genealógico); y otra española, Carla Tous, como su hija.

Aunque esta vez Paddington y la familia Brown viajen a la selva peruana y estemos en una coproducción internacional, sigue luciendo británica. Dentro de su sencillez asequible al público infantil, tiene un bonito aire aventurero, un humor estimulante y el mensaje de que a veces hay que perderse para encontrarse. Y añaden guiños a 'Sonrisas y lágrimas' (a cargo de la 'monja' Colman), 'Indiana Jones' (la piedra) y demás. La hora y tres cuartos pasan tan rápido como un sándwich de mermelada por la boca del nuestro osito favorito (perdón, Winnie the Pooh).

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