- En la información sobre el montaje se preguntan si tiene sentido hablar hoy de Lorca. ¿La respuesta es hacer esta función?
- Sí. Mirar para atrás solo cobra sentido cuando eso de lo que hablas dialoga con nuestro presente. Esto iba a ser originalmente un recital con poemas y fragmentos de teatro, pero tras leer toda su obra y muchas biografías vi en su vida ecos que resonaban con potencia sobre nuestra realidad de hoy. Por eso me decidí por escribir una obra de teatro. Casi todo lo que citamos en ella tiene que ver con charlas, con conferencias. Se habla más de su pensamiento que de su obra, aunque todo está teñido por esta.
- En otra entrevista me dijo que «el teatro es en sí mismo memoria». ¿Lo siente especialmente así en esta función?
- Funciona radicalmente. El sentido de esta obra es la memoria. Cuando la terminé pensaba que por fin había escrito algo distinto. Por fin algo que no tiene que ver con la dictadura argentina (su padre fue un desaparecido y él y su madre se exiliaron en España), con la memoria, con el exilio, con un desaparecido. Y cuando Mencheta me pidió que escribiera en un folio lo que significaba para mí, diez meses después de acabarla me di cuenta de que había escrito una obra sobre un desaparecido, sobre un hombre que fue sacado de su casa, fusilado y hecho desaparecer. Y que toda la obra va sobre que la memoria es lo que nos dota de identidad. Somos porque otros nos construyen, porque otros nos recuerdan. Somos la mirada de lo que recordamos de nosotros mismos. El teatro, por lo menos esta función, quiere hablar de eso.
- ¿Cómo muestra todo eso? Se puede pensar que va a ser una lección magistral escenificada.
- El punto nodular es 'Comedia sin título', la obra de teatro inacabada de Lorca. Esa reflexión sobre cómo traer la realidad al escenario. Él lo dice con palabras mucho más bonitas: «Traer el olor del mar a una sala de teatro, inundar de estrellas un patio de butacas». Es decir, cómo hablar de la realidad desde la mentira de un teatro. Eso es el epicentro de todo. Teniendo en cuenta que el espectador sabe que va a llegar un 18 de agosto de 1936 y al personaje de la obra lo van a fusilar, lo que he buscado es jugar con el humor y crear una especie de tobogán en el que entre el espectador y se lo pase bien. Le voy contando cosas para que esté receptivo y se emocione en el tercer acto.
- Los últimos años de Lorca fueron muy intensos en creación literaria. ¿Hasta dónde habría llegado como escritor?
- Fueron sus mejores años. Estaba en una explosión creativa y además, salvando las enormes distancias, pasa lo mismo que con Shakespeare, la evolución en Lorca fue muy rápida. Su teatro va cambiando y yendo a lugares que cuesta imaginar y todos nos hemos preguntado adónde habría llegado. Creo que eso es una de las cosas que no sabemos sobre qué habría podido ser de este país. ¿Qué hubiera sido de España con un Lorca activo en los años 40, con un Machado y con un Fernando de los Ríos activos, con Buñuel viviendo aquí. Son mentes que hubieran podido hacer otra España.
«Somos porque otros nos construyen, porque nos recuerdan. Somos la mirada de lo que recordamos de nosotros»
«La figura de Lorca sigue estando erosionada por intereses ideológicos y políticos, pero cada vez menos»
- ¿Qué podemos descubrir aún de Lorca como ser humano?
- Mi sorpresa fue que era un tipo con mucho arrojo. Todos cuentan que era muy simpático, que en cualquier fiesta era el rey y que tenía un encanto personal enorme. Pero también fue un hombre que asumió una serie de compromisos que no te esperabas en alguien como él. Creo que su brillantez literaria y humana fueron a la par.
- ¿Hasta qué punto figura de Lorca sigue estando erosionada por intereses políticos?
- En España creo que sigue, aunque cada vez menos. Es incuestionable su talla poética y teatral. Yo no soy objetivo, pero creo que si no el mejor, es uno de los mejores dramaturgos que tuvimos en el siglo XX. Y lo mismo como poeta. Lo que no se discute es que es nuestro poeta y dramaturgo más internacional. Algunos dicen que es famoso porque lo mataron. Bueno, son bobadas que se dicen porque es un elemento más de una disputa ideológica y política.
- Durante años la homosexualidad de Lorca fue tabú. Hoy se esconden otras cosas, como su amistad con Primo de Rivera.
- Se conocían y respetaban. Lo cual no quita que Lorca firmara manifiestos contra él o sus políticas. Eso habla de su libertad y talla humana. No es fácil tener un amigo poderoso y suscribir algo en su contra. Hoy en día yo lo pienso en mí. Requiere un coraje porque son personas públicas que te van a llamar para decirte a ver qué haces. Sobre la muerte de Lorca se ha dicho de todo, desde que fue por envidia, por unas tierras de su padre, por una entrevista que molestó a cierta gente. Y sin embargo lo más obvio es que era un símbolo de la República, que era homosexual y que tenía mucho prestigio.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.