Crítica de 'Amor Furor': Más que amor: pasión

Esta energía se sintió desde una 'Obertura' de 'Las Bodas de Fígaro' veloz y acentuada hasta la saciedad. Pero también fue evidente en las otras páginas orquestales que regaló Le Cercle de L'Harmonie, una orquesta con la sonoridad de los instrumentos de época, pero con un color muy personal. La agrupación sa conquistó con sus lecturas de 'Orfeo y Eurídice' de Gluck -brutal su 'Danse des furies-, su Preludio de 'La Traviata' o la Obertura de 'El sueño de una noche de verano' de Mendelssohn, todas ellas interpretadas con afinación, equilibrio y empaste, pero, sobre todo, con expresividad.

La mezzosoprano Gaëlle Arquez sumó su hermosa y versátil voz al agradable repertorio, que incluyó varias arias de ópera. Cantó muy cómoda el 'Voi che sapete' de Mozart, emocionó con su aria de 'Ifigenia en Áulide' de Gluck y nos puso la piel de gallina con su sensible lectura de 'Mon coeur s'ouvre à ta voix' de 'Sansón y Dalila', en la que su complicidad con el director y una orquesta plagada de matices hizo el milagro. Con su control de las coloraturas en 'Non piu mesta' de 'La Cenerentola' de Rossini culminó un concierto en el que más que 'Amor furor' hubo pasión.