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Ganar un certamen juvenil le dio el billete a París que le impulsó a adentrarse, como artista autodidacta, en un mundo que le ha atrapado ... hasta el último momento. El viernes inauguró su última exposición, en Soraluze, mientras se preparaba para recibir este verano en su casa de Alkiza, en Ur Mara, a los visitantes que cada año quieren descubrir un museo único, que combina arte, pensamiento y naturaleza. Pero este refugio personal, la obra maestra de Koldobika Jauregi, es el colofón a una prolífica trayectoria de 40 años que comenzó en 1978 cuando se empezó a interesar por la escultura, y de manera autodidacta pero con ayuda del pintor Jesús Gallego presentó una obra en un concurso en Donostia que ganó y le convenció de que lo suyo era ser escultor.
A partir de ahí empezó una carrera en la que ha creado cientos de obras, repartidas no solo en casa, en su Alkiza natal, y en otras localidades guipuzcoanas, sino por diferentes países del mundo como Japón o Alemania. Comenzó con sus primeras exposiciones individuales en 1982, en Elduain y Lizartza. Y dos años después inaugura en Donostia su primera escultura en un lugar público, es en el parque de Martutene. A partir de ahí va ensanchando su prestigio y abarcando nuevas técnicas que le llevan por ejemplo a aprender escultura en mármol en Carrara, en Italia o, en 1990, a convertirse en discípulo de Chillida con la beca Zabalaga. Con el maestro, compartió un proyecto en Alemania en el 2000 y este año, con motivo del centenario, eligió esa obra realizada en madera 'Altxatzeko harria', como homenaje.
La obra de Jauregi no solo se ciñe a esculturas, tanto en piedra, como en mármol, hierro o madera, también deja un extenso legado artístico con bajorrelieves, dibujos, collage, serigrafías, joyas y performance. En Donostia, una de sus obras más destacadas que puede contemplarse en Intxaurrondo es 'Formas en crecimiento', una escultura de 8 metros de altura formada por tres piezas zoomórficas en la base y un tótem central.
Una de sus etapas más internacional se produjo entre 1996 y el año 2000 cuando trabajó junto a artistas alemanes en un proyecto experimental denominado 'Arte paralelo a la naturaleza', invitado por el Insel Hombrich Museum. En Alemania, ha expuesto muchas de sus obras y ha participado en la Feria del libro de Frankfurt o la Feria de Colonia de Arte Gráfico.
Algunas de sus exposiciones en 'casa' más relevantes fueron la que le dedicó San Telmo en 1991, o la que protagonizó en el Museo Guggenheim Bilbao, 'Laboratorios. Miradas en torno a la colección permanente: Koldobika Jauregi', en el año 2007.
Durante su carrera ha realizado más de una treintena de exposiciones individuales en grandes museos pero también en galerías pequeñas como Oreka Art, la última que inauguró en Soraluze el viernes. Y junto a otros artistas ha colaborado en muestras colectivas. Uno de esos trabajos compartidos se puede ver aún en los arkupes de la plaza Euskal Herria de Tolosa, en los murales que realizó junto a Hernández, Epelde y Longarón.
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